El Barcelona, con el astro rosarino Lionel Messi, y el Real Madrid igualaron este miércoles sin goles, luego de 17 años, en el clásico español pendiente de la décima fecha de la Liga local.

En el estadio Camp Nou de la capital catalana y 53 días después de lo previsto en el calendario por la suspensión de octubre, el derby tuvo un resultado que no se daba desde noviembre de 2002 y ahora ambos siguen en lo más alto del campeonato con 36 puntos, aunque el Barsa tiene mejor diferencia de gol.

Los mejores y más poderosos equipos de España protagonizaron un partidazo ante más de 93 mil espectadores pero no tuvieron eficacia para romper el cero del marcador.

Messi, máximo goleador de la historia del clásico español, fue titular pero no pudo marcar y ya lleva cuatro partidos sin anotar ante el Merengue.

No obstante, el rosarino alcanzó una nueva marca al igualar a Xavi Hernández con 42 clásicos jugados con Barcelona y quedó a uno del defensor de Real Madrid, Sergio Ramos, quien con 43 quedó como el jugador con más presencias de la historia.

Cabe recordar que el partido programado inicialmente para octubre fue suspendido por las protestas que todavía se llevan a cabo en Cataluña por la sentencia del juicio a los líderes del proceso independentista catalán.

El partido pudo desarrollarse con normalidad, pero tanto en la previa como durante el partido miles de catalanes se movilizaron en las calles, en medio de un operativo de seguridad que contó con cerca de tres mil efectivos y exigentes controles en el ingreso del estadio.

No obstante, afuera del Camp Nou se dieron serios incidentes una vez finalizado el encuentro, con el incendio de contenedores de basura y enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.

La protesta convocada por la plataforma anónima Tsunami Democràtic, un movimiento independentista catalán, derivó en la presencia de grupos más radicales que encendieron barricadas y lanzaron proyectiles, ante lo que los Mossos d'Esquadra (Policía autonómica de Cataluña) repirimió.

En los disturbios, que coincidieron con la salida de los más de 90.000 espectadores del estadio barcelonista una vez acabado el partido, las fuerzas detuvieron al menos a cinco personas y otras 21 resultaron heridas, todas ellas de carácter leve en principio.