La muerte de Tomás Felipe Carlovich producto de un fuerte golpe en la cabeza para robarle la bicicleta entristece a todo el mundo futbolero y a toda la ciudad. Y principalmente a Central Córdoba, el club donde el Trinche se transformó en leyenda.

Uno de los delanteros actuales del Charrúa, Juan Carlos Lescano, fue quien le regaló la bicicleta de la cual cayó producto del golpe de su asesino. Y no pudo ocultar su tristeza en diálogo con A Diario (Radio 2).

“Hace unos tres meses se quedó sin bicicleta porque se la robaron. Tiene auto, pero usa siempre bicicleta. Decidimos con la familia hacerle un regalo y ahora me despierto con esta noticia. No lo puedo creer”, señaló.

El Tate fue casualmente una de las personas que socorrieron a Carlovich en los instantes posteriores al golpe: “Salgo del supermercado y cuando agarro calle Córdoba, al llegar a Paraná veo a un hombre tirado en el suelo. Ya había dos personas con él. Y al ver que se trataba de él, lo empiezo a llamar pero nunca me contestó porque ya estaba inconsciente. Con los ojos abiertos, pero nunca entendió dónde estaba hasta cuando llegó la ambulancia: llegó Urgencias y empezó a convulsionar”.

“Lo que me cuentan es que un muchacho de entre 35 y 40 años le pega y lo hace caer en el piso. Y ese golpe es en la cabeza. Cuando se quiere levantar, hace el gesto de querer vomitar. Atrás en la nuca tenía un golpe muy importante. Tenía una hinchazón. Y ya estaba amarillo, se le había cambiado el color de la piel. Le decía a la gente que está convulsionando, queriendo vomitar”, comentó.

Lescano confesó que ha “tenido golpes en la cabeza y sabía lo que estaba pasando. La ambulancia tardó 20 minutos, esto hizo que él llegara tarde al hospital. La demora es entendible por el coronavirus, pero esa tardanza de la ambulancia hizo que pasara esto. Él estuvo 20 minutos en otro lado. Movía los dedos nomás, cómo nervioso”.

Y cerró comentando que “casi siempre acá en el barrio roban. Acá le robaron a él, pero todos los días le roban a chicos que pasan por el lado de Santa Fe, que van a trabajar. Son las mismas personas, son cuatro o cinco. Dicen que los agarraron. Espero que así sea”.