El español Rafael Nadal, número uno del mundo, derrotó este jueves al australiano Nick Kyrgios por 6-3, 3-6, 7-6 (5) y 7-6 (3) para avanzar a la tercera ronda de Wimbledon. Fue un partido espectacular, no sólo por el nivel de ambos y la paridad sino por algunos detalles que dejó el oceánico.

Quince mil espectadores llenaron la cancha central y premiaron las jugadas. También silbaron al australiano cuando en el primer set sorprendió y le sacó de abajo a Nadal para cerrar un game. Un golpe lícito, pero una irreverencia para el clasicismo inglés en la Catedral del tenis.


Rafa se mantuvo en calma, soportó tranquilo las dejadas de su rival, sus golpes entre las piernas y también sus 29 aces y discusiones con el juez de silla. Nada perturbó su esquema de juego y ganó el choque en tres horas y 4 minutos, hablando en la pista sólo con sus golpes y levantando el puño cuando, enojado, sacó de su pecho toda la emoción contenida, propia de un gran duelo.