El Mundial de 1978 es un material histórico impresionante para Argentina. No sólo por lo deportivo, sino también por lo social y político. Porque hubo un formidable equipo conducido por César Luis Menotti, con jugadores irrepetibles, pero también estuvo el lado oscuro de aquel primer campeonato del mundo para nuestro país, en medio de la más terrible dictadura, con los genocidas festejando en las tribunas.

Pero más allá de todas esas cuestiones, el escritor Matías Bauso se detuvo en una instantánea: en la del segundo gol de Mario Alberto Kempes en la final de aquel Mundial, frente a Holanda en la cancha de River.

El dato fue repasado por el periodista Alejandro Cachari este jueves en Radiópolis (Radio 2). Aquel recordado tanto, que fue clave para levantar la copa, Mario guapea la pelota -para muchos cometiendo plancha- primero contra el arquero holandés y luego contra dos defensores que tratan de cerrar en forma desesperada.

En una imagen tomada de la tribuna, diferente a la que se muestra habitualmente en los medios gráficos, cuando Kempes está a punto de impactar la pelota con su pierna derecha, otros cinco protagonistas de la escena hacen el mismo gesto, como intentando ayudar al cordobés a hundir la pelota en la red.

La foto que esconde el tesoro.

Tres compañeros de Mario hacen el gesto “mágico”: Bertoni, Luque y Houseman. Pero la ayuda también llega desde afuera del terreno de juego, ya que se ve a dos alcanzapelotas imitando la definición del artillero.

Todo un documento histórico para los amantes de estos “tesoros escondidos” en las fotos y en el tiempo.