Nadia Podoroska logró una hazaña histórica al avanzar este domingo a los cuartos de final del torneo de Roland Garros. Venció a la checa Barbora Krejcikova por 2-6, 6-2 y 6-3. La rosarina de 23 años tiene una excepcional participación en el torneo francés y gran parte de este gran momento tiene que ver con el aspecto emocional.

De acuerdo a lo que publicó Página12, la rosarina después de tantos obstáculos decidió trabajar con Pedro Merani, un coach de bowling argentino que vive en Doha, dirige a la selección nacional de Qatar y desarrolló un método para el juego mental basado en dos pilares: el bompu zen y la neurociencia.

Podoroska entiende, en ese sentido, que logró la capacidad de abstraerse del entorno desde que apostó por Merani: "En el aspecto filosófico me hizo muy bien empezar a trabajar con un entrenador mental que apunta más al budismo zen. Eso me enseñó muchas lecciones para aislarme del contexto, por ejemplo, de jugar los octavos de final y tener la posibilidad clara de llegar a cuartos. En lugar de mirar el entorno intento aprovechar cada pequeña chance y ponerme positiva. Todas esas cosas las aprendí gracias al zen, aunque parece medio loco decirlo así (risas)”.

La filosofía parece ser una porción fundamental en esta etapa de Podoroska, cuya influencia en la materia está ligada con su madre Irene. En relación a este tema, por caso, Nadia leyó hace poco La sociedad del cansancio, un libro del ensayista surcoreano Byung Chul Han, de formación alemana, que habla de la evaluación de las personas en cuanto su productividad más allá de los factores de afuera: uno mismo es el regulador del propio rendimiento. En definitiva, ya no se puede pensar en un mundo con límites impuestos por el exterior porque ya desaparecieron. No parece ajeno, en efecto, a la trascendental actuación de la Peque en París.

Los escollos

Nacida el 10 de febrero de 1997, cuatro meses después de que Gabriela Sabatini anunciara desde Nueva York su retiro del tenis, y con un apellido extraño heredado de sus abuelos ucranianos, Nadia creció en una familia de clase media en el barrio rosarino de Fisherton.

Hija de farmacéuticos, Marcelo e Irene, comenzó su carrera en el Club Atlético Fisherton, el mismo de la rosarina más famosa del deporte argentino: Luciana "Lucha" Aymar, la mejor jugadora de hockey sobre césped de la historia, símbolo de Las Leonas.

Conocida en Rosario como "La Rusa", tuvo como primer entrenador a los cinco años a Celso Fernández, quien quedó impresionado por sus condiciones innatas, y luego fue Carlos Rampallo el que completó su crecimiento.

Podoroska ingresó al ranking profesional cuando apenas tenía 14 años y nueve meses, siendo la segunda argentina más joven en lograrlo después de su admirada Sabatini (14 años y cinco meses).
En 2016 se instaló entre las mejores 230 tenistas del mundo, superó la clasificación del US Open y jugó, por primera vez, el cuadro principal de un Grand Slam, lo que le permitió finalizar la temporada en el puesto 191 y con gran ilusión.
Los escollos

Sin embargo llegaron las lesiones que detuvieron su crecimiento aunque forjaron su personalidad. Primero fue la mano derecha, luego la espalda y por último la cadera, eso le causó secuelas anímicas y llegó a sentirse asfixiada, por eso consultó a diversos médicos para salir adelante de ese momento y poder sobrellevar la situación.

La rosarina no claudicó y salió adelante inspirada en Sabatini, la mejor tenista argentina de la historia, y también fascinada por el serbio Novak Djokovic "por su fortaleza mental", así tomó una decisión trascendente en su carrera cuando en 2018 decidió mudarse a España e instalarse en Alicante para estar cerca de los torneos de Europa.

Esa decisión le demandó un esfuerzo enorme, Nadia había llegado a dormir en aeropuertos y tuvo que vivir de prestado durante mucho tiempo, ya sea en departamento de amigos, colegas o entrenadores, pero instalarse en Alicante le permitió consolidar una base de operaciones sólida.

"Las mayores diferencias con las europeas o las estadounidenses no son en talento, sino las oportunidades. Jugar cerca de nuestras casas, de nuestra ciudad, sería algo muy bueno, es mucho el esfuerzo que hacemos las latinas para insertarnos en el circuito", declaró la "Peque" en ese momento.

2020

En 2020 la rosarina sacó a relucir su mejor versión, con un cuerpo técnico sólido integrado por Juan Pablo Guzmán y Emiliano Redondi, así conquistó los torneos ITF de Malibú, Petir Boug y Saint Maló, títulos que le dieron la confianza necesaria para lo que sobrevino después y explotó en París.

En Roland Garros, ganó tres partidos de la clasificación, y cuatro en el cuadro principal, con victorias sobre la belga Greet Minnen, la kazaja Yulia Putintseva, la eslovaca Anna Karolina Shmiedova y la checa Barbora Krejcikvova, que le reportarán pasar del puesto 131 al 69 del ranking de la WTA, en un ascenso meteórico.

Esta memorable actuación en París, que aún no terminó puesto que tendrá otro capítulo ante la ucraniana Elina Svitolina, representan no solo un salto para Podoroska sino una bocanada de aire fresco para tenis femenino argentino, que vuelve a tener presencia en un gran escenario después de 16 años, desde la pergaminense Paola Suárez en la edición 2004 de Wimbledon.