Diego Mateo jugó al fútbol como vive y vive como jugó al fútbol. Por eso decidió retirarse del fútbol sin avisarle a nadie, pero el fútbol se encargó de rendirle homenaje con aquel gol que pudo convertir ante San Martín de San Juan para luego irse del campo de juego bañado por el cariño de su gente. Y este lunes, bien a su estilo, armó un partido despedida muy especial.

No fue en el Coloso Marcelo Bielsa ante miles de personas ni televisado para todo el país. Fue en Bella Vista, en el paisaje que más lo identifica: el del trabajo diario y en silencio.

Pomelo reunió a sus ex compañeros y amigos de la categoría 78. También a los profes que lo formaron. Y así tuvo su último juego, en el que convirtió dos goles y en la ejecución de un penal le dio un pase a un compañero para que defina.

El ámbito en el que Mateo le rindió homenaje a su pasado como futbolista quizás sea también un anticipo de su etapa futura, ya que está estudiando para formar juveniles.