La organización de la Copa Argentina comunicará, de un momento a otro, que el clásico de cuartos de final de esa competencia se disputará en condiciones indeseables para todos los que aman el fútbol rosarino: lejos de la ciudad y a puertas cerradas.

El día elegido es el miércoles 24 de octubre, presumiblemente a las 15.30 (otra versión habla de las 19), en el estadio de Lanús y sin la presencia de hinchas de ninguno de los dos equipos. Un marco paupérrimo para el partido del año en Rosario.

Hubo varios factores que incidieron para que los organizadores de la competencia decidieran cortar por lo sano y acabar con tantas discusiones. Los dos más importantes: el reglamento y la política.

El reglamento fue el que impidió que el derby se llevara a cabo en uno de los dos estadios de la ciudad, algo que sugirieron los propios dirigentes de ambas entidades. es que el espíritu de Copa Argentina es que los cruces se disputen en territorio neutral, por lo que no quisieron ir en contra ni sentar jurisprudencia.

En cambio, fue la política la que sacó de carrera a Santa Fe, que en algún momento pareció ser finalmente el lugar escogido. 

Cuando se alzaron voces en contra del desarrollo del partido en la capital provincial, y hasta del propio Concejo santafesino le reclamaron al intendente Corral que se opusiera para no exponer a la ciudad a posibles desmanes ni dejar expuestos al resto de los ciudadanos por los recursos implicados en el operativo, la Copa no anduvo con vueltas y le bajó la persiana.

De este modo, se jugará en el Néstor Díaz Pérez, conocido también como estadio Ciudad de Lanús o La Fortaleza. Un reducto con capacidad para 47.000 personas, cuyas butacas estarán desocupadas mientras en el césped se dirime una de las eliminatorias más trascendentes en la historia del fútbol rosarino.