Roberto Fontanarrosa está vivo y escribió este cuento: hinchas de Central y de Newell's se hicieron amigos en Sarandí y accedieron juntos a una terraza para ver el clásico prohibido (o la mitad porque los arcos quedaron fuera de la visión). Desafiaron el mandato de la convivencia imposible, desde las alturas y -de yapa- uno de ellos con muletas.

Dos leprosos y un canalla contaron la particular historia en la previa al duelo por la Copa Argentina, jugado a puertas cerradas en cancha de Arsenal. Eran los tres locos que descubrió más temprano la transmisión de El Tres.

El primero en hablar, con la camiseta de Newell's, dijo que se escapó del trabajo para poder asistir y aclaró: “Soy camionero y dejé el camión ahí abajo”.

El segundo, canalla, contó que llegó a las 10 al barrio del Viaducto desde La Plata. “Los conocí a los chicos acá. Me recorrí todo Sarandí, desde las 10 estuve golpeando puertas para poder ver el partido”, desde las alturas, afirmó.

En la muy buena nota de TycSports, los periodistas observaron que no se veían los arcos desde ese punto. Optimista al extremo, los fanáticos respondieron: “El partido se va dar en la mitad de la cancha”.

Dijeron también que recompensarán a la dueña de casa que les permitió ver el partido desde su terraza. “Algo le vamos a dejar a la señora”, dijo uno de ellos. Coincidieron: “Hay muy buena onda con los chicos”.

La historia cerró con un abrazo entre los tres y la coincidencia: "Esto tendría que ser en Rosario" o "estaba todo dado para que sea allá".