El Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard) no es solo un predio con canchas, pistas y gimnasios en el barrio porteño de Núñez. Es el verdadero corazón donde late y se forja el futuro del deporte argentino. Construido en 1950, desde 1973 se consolidó como el epicentro para el desarrollo de atletas argentinos de élite. Este lugar fue testigo silencioso de los sacrificios, los logros y las esperanzas de miles de jóvenes que visten y defienden la celeste y blanca.
El Cenard es cuna de talentos. Alberga la preparación de atletas en más de 30 disciplinas distintas, desde las más populares como el fútbol, hockey, natación y atletismo, hasta aquellas menos visibilizadas como el judo, la esgrima, el bádminton o el tiro. En sus más de 50 años de historia, sus instalaciones fueron el punto de partida de figuras icónicas que brillaron en la escena mundial.
El vínculo con Rosario y Santa Fe, es especialmente fuerte: grandes atletas de la región utilizaron el Cenard como su base de operaciones en Buenos Aires. Nombres como el recordado ciclista Walter Pérez (oriundo de San Justo, Santa Fe, y medallista olímpico); la irrepetible Luciana Aymar en el hockey; la nadadora olímpica Florencia Perotti; la pesista Malvina Salgado; los atletas Brian Impellizeli, Yanina Martínez; Sol Rolando en la gimnasia artística; Nadia Podoroska en el tenis y hasta la arquera de selección Vanina Correa.
Ellos y ellas, entre otros muchísimos talentos, pasaron incontables horas entrenando, concentrando y viviendo en estas instalaciones, llevando luego esa pasión a las competencias más grandes del planeta. Este centro es, en definitiva, la casa temporal donde el esfuerzo santafesino y rosarino se potencia en beneficio del deporte nacional.
En 2025, con la mirada puesta en los próximos ciclos olímpicos y paralímpicos, el Cenard se mantiene como la base de operaciones de más de 30 disciplinas. El Tres y Rosario3 tuvieron acceso exclusivo a una visita guiada a cada uno de sus rincones de la mano de Diego Domper, director de Planeamiento Deportivo, quien conoce como nadie la dinámica de este campus deportivo de primer nivel.
"El Cenard es el hogar de nuestros deportistas. Es donde conviven chicos de todo el país, muchos de ellos del interior, como Rosario y Santa Fe, y se preparan para representar a la Argentina en el mundo", explicó Domper, destacando el rol integrador y centralizador del predio.
La recorrida por el Cenard fue un viaje a través de la infraestructura necesaria para crear un campeón. Ver cada una de las instalaciones que hacen a un atleta e imaginar el camino del soñador que comienza en las canchas, en las pistas, en los gimnasios.
Uno de los primeros lugares de la alucinante recorrida fue el imponente Complejo Natatorio "Jeannette Campbell", que no solo alberga la pileta olímpica de 50 metros, sino también el sector de saltos, con sus colosales plataformas.

Es aquí donde nadadores y clavadistas forjan su técnica. A unos cuantos metros, el gimnasio de musculación es un hervidero de atletas de distintas disciplinas, desde el hockey hasta el voleibol, realizando sus trabajos de fuerza y potencia.
Luego, la vista se abre a la emblemática pista de atletismo con su característico color terracota, rodeada de las áreas de lanzamiento y los fosos de salto. "Cada rincón está diseñado para simular las condiciones de competencia internacionales", describió Domper, señalando el sector renovado de canchas de tenis y el campo sintético de hockey y de fútbol.

La tecnología que mide la excelencia
El Cenard también alberga un centro de investigación de vanguardia, vital para el alto rendimiento en 2025. El Laboratorio de Rendimiento Deportivo cuenta con herramientas de última generación, incluyendo dos cintas, una convencional con tecnología de suspensión y sistemas para el análisis de gases y el ritmo cardíaco. La otra es adaptada para personas con discapacidad, para los deportistas paralímpicos. Estos estudios permiten optimizar el entrenamiento de forma milimétrica.
Pero el Cenard es más que entrenamiento; es la residencia temporal de los atletas del interior. En el sector de alojamiento, se respira un ambiente de comunidad. Las habitaciones, sencillas pero funcionales (con cuchetas en algunos casos y escritorios), dan paso a áreas comunes con metegol, ping-pong y sectores de estudio.
El hotel, denominado "Pedro Quartucci", cuenta con una capacidad total para 365 atletas y 100 habitaciones para el alojamiento de deportistas. Diariamente, tienen un promedio de 180 personas permanentes, que acceden a sus cuatro comidas (pensión completa). Es importante destacar que la cantidad exacta de deportistas alojados en el hotel varía día a día, ya que depende de las concentraciones y requerimientos específicos solicitados por cada federación deportiva.
"Hoy contamos con nuevos colchones y habitaciones en perfecto estado. Contamos con todas las capacidades para llevar el descanso de los deportistas en óptimo nivel", precisó Domper con orgullo.
"Para muchos, este es su primer hogar lejos de casa. Buscamos que sea un espacio donde puedan descansar y concentrarse, pero también socializar y apoyarse entre deportistas de diferentes áreas", destacó el director de Planeamiento Deportivo. El Cenard es una fábrica de sueños. En sus pasillos se cruzan futuros medallistas olímpicos y paralímpicos, codo a codo, con la misma dedicación.
La inversión en la modernización de la infraestructura, como la que se ve en el laboratorio y las nuevas canchas, asegura que Argentina continúe ofreciendo a sus deportistas las mejores herramientas de preparación de cara a los desafíos globales que se presentarán en los próximos años.
El Cenard es la base sólida, el lugar que nuclea la capacidad, la tecnología y el talento de un país que busca trascender a través del deporte. Los futuros logros de los atletas argentinos, muchos de ellos surgidos del talento rosarino y santafesino, tendrán su génesis en estas instalaciones del barrio de Núñez.
Un poco de historia
El Cenard fue construido en la década de 1950, cuando el deporte comenzó a ser valorado por el Estado peronista de aquel entonces como un derecho popular. En ese momento, el predio era ocupado por el Club de Correos y Telecomunicaciones y de Arquitectura. El 26 de agosto de 1953, por decreto 15.859 del Poder Ejecutivo, el predio fue cedido al Ministerio de Educación y Justicia como Centro Nº 1 de la Dirección Nacional de Educación Física, para ser utilizado por Acción Social y Deportiva.
En aquella misma década se construyó el edificio central, el departamento que habitaba el general Perón en sus visitas al lugar; y el cine teatro con capacidad para 1.500 personas, que hoy ya no está activo.
En la década de 1960, el gimnasio Carl Diem fue destruido por un incendio. En 1973 se licitó la construcción de los gimnasios, mediante un convenio entre organismos estatales de Argentina y de Alemania. En 1976, el predio recibió el nombre de Centro Deportivo Nacional.
En la década de los 90 se realizaron trabajos de reparación y reacondicionamiento de algunos sectores para brindar mayor confort a los deportistas que concurrían diariamente. El predio recibió su nombre actual mediante una resolución sancionada el 16 de julio de 1991.
En 2006 fue sede de los VIII Juegos Sudamericanos. En 2003 y en 2013 fue epicentro de los Juegos Nacionales Evita. En 2013 cobijó los Juegos Juveniles Parapanamericanos, con atletas con discapacidades físicas de toda América, y cinco años después albergó los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018.



