Especialistas en educación evaluaron los resultados del estudio de Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE 2019), realizado por Unesco sobre 16 países de América Latina cuyos resultados publicados apuntaron a la importancia de la inversión educativa y a la necesidad de generar mejores condiciones laborales para los docentes e integrar los logros conseguidos en la pandemia tales como trabajar en la inclusión de la conectividad.

Estandariza pero no informa al docente

La reconocida pedagoga y escritora, quien también asesora a la presidencia del Gobierno Nacional, Adriana Puiggrós, consideró que los resultados del ERCE, donde se analizó el desempeño de 160 mil estudiantes de tercer y sexto grado de primaria de 16 países de la región, “es una prueba estandarizada que no da información al docente sobre qué tiene que modificar en el proceso de enseñanza-aprendizaje”.

Este estudio fue realizado por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE), que forma parte de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (Oreal/Unesco Santiago).

Los resultados revelaron que Argentina obtuvo resultados más bajos que el promedio de la región en cuatro de las cinco pruebas y que retrocedió en su desempeño en todas las evaluaciones respecto de la medición anterior, realizada en 2013, a excepción de lectura en tercer grado, donde alcanzó resultados similares.

“Estos resultados hablan de que entre 2016 y 2019 hubo una baja del presupuesto muy importante, lo dice el informe de Unesco, que es una gran prueba estandarizada que toma en cuenta cuánto se invirtió en educación del Producto Bruto Interno, que pasó de 6.1% al 3,4%”, apuntó Puiggrós, doctora en pedagogía de la Universidad Nacional de México.

Esa desinversión implica, según la educadora, que “los chicos fueron a escuelas deterioradas, disminuyó el salario docente, el incentivo salarial docente y se cortaron los cursos de capacitación docente y el programa Conectar Igualdad, así como los programas especiales dirigidos a sectores populares”.

Con respecto a si considera necesario modificar los contenidos de la capacitación docente o modificaciones estructurales en el sistema educativo, Puiggrós destacó que actualmente el ministro de Educación Jaime Perczyk se encuentra “realizando un cambio muy fuerte en el sistema de formación docente”.

“Se están rearmando los cursos de formación docente, redireccionando fondos a sectores populares a través de programas especiales, becas, y que los docentes estén en condiciones de ir a buscar a los alumnos y reiniciar procesos de enseñanza que fueron interrumpidos durante el macrismo y también en la pandemia”, remarcó.

Y agregó que además el Ministerio continúa trabajando en el plan Conectar Igualdad, que fue discontinuado en el gobierno anterior.

“Si todo esto no está, va a haber un peor resultado de cualquier prueba de aprendizaje en cualquier materia que vos tomes”, declaró.

El fracaso del sistema educativo

En tanto, la educadora Guillermina Tiramonti de Flacso, se distanció de esta visión y alertó que “los resultados de estas pruebas muestran que el sistema educativo es ineficaz para transmitir a los chicos los instrumentos básicos de la cultura, como la lengua, la matemática y algunos principios de ciencia”.

“Esto ha venido decayendo en los últimos 20 años, no resulta de un solo período de Gobierno y no creo que haya una relación directa entre financiamiento y resultados educativos”, remarcó.

Si bien la especialista consideró que la Argentina “avanzó mucho en la inclusión de nuevos sectores sociales en la escuela”, afirmó que “no logró desarrollar una propuesta pedagógica que transformara esa inclusión social en una inclusión en los aprendizajes”.

“Ahora hay que trabajar sobre eso, cómo se enseña en las escuelas para ver cómo logramos que chicos provenientes de distintos sectores socioculturales aprendan todos, porque todos pueden aprender”, dijo.

Al mismo tiempo, Tiramonti subrayó que el sistema educativo “está utilizando metodologías que no son adecuadas para todos los chicos, tanto en lo público como en lo privado”.

“Estamos empleando la misma metodología para sectores de alumnos más acomodados, donde hay continuidad entre la cultura de la escuela y la familiar y los chicos que provienen de sectores poco educados y pareciera que no funciona”, remarcó.

Al respecto remarcó que se debe poner “en cuestión las metodologías, probar con la experimentación sobre qué pasa con chicos de distinto origen sociocultural para ver que metodología funciona con ellos”.

Otra arista destacada por la especialista sobre qué se puede modificar en el sistema educativo, fue su apreciación sobre la cultura escolar.

“La cultura escolar no está centrada en el aprendizaje de los chicos, porque si lo estuviera, la institución estaría continuamente interrogando a sus alumnos, con evaluaciones no formales y formales para ver si avanzan o no”, dijo.

Y agregó: “Y eso no está, porque hay una cultura centrada en el bienestar de los chicos, en su reconocimiento y es buenísimo, pero la escuela tiene como función central que los chicos aprendan y lo hemos ido perdiendo”, sentenció.

En cuanto a la inversión educativa, Tiramonti consideró que “es importante ver cómo se utiliza el presupuesto educativo, porque no hay claridad”.

“Tenemos muchos docentes en relación a la cantidad de alumnos, y deberíamos privilegiar mejores condiciones de trabajo; por ejemplo, en toda América Latina, se les paga por cargos a los docentes, es decir, por un tiempo que están frente alumnos y otro de trabajo para preparar clases, reunirse con colegas, capacitarse”, describió.
La importancia de evaluar

Por su parte, la doctora en Educación de la Universidad de Buenos Aires, Mariana Maggio, del Departamento de Ciencias de la Educación de la facultad de Filosofía y Letras, subrayó su “profunda creencia en las evaluaciones que realizamos los docentes en el marco de las instituciones educativas”.

Respecto a los resultados del estudio de Unesco, dijo que “son datos que muestran cuestiones que nos preocupan, que tienen que ver con inversiones que se realizan o se dejan de hacer, políticas de formación docente que se encaran o no se hacen”.

Maggio resaltó que se debiera focalizar en entender “que pasó en la pandemia”.

“Muchas cosas que sucedieron nos pueden permitir pegar un salto para adelante y podemos aprovecharlas como el tema de la conectividad en la educación”, dijo.

Y agregó: “Hace tiempo vengo planteando pensar en una enseñanza más contemporánea, escenarios que integren los desarrollos de la virtualidad”.

“En la pandemia se dio una aceleración de las opciones de virtualidad y mostró que se puede tener propuestas más inclusivas, donde chicos que no podían mantener la regularidad, con una propuesta más mixta, pudieron hacerlo y recorrer diferentes caminos en otros tiempos, con un currículum priorizado”, remarcó.