La historia de Clara Allyn Benitz y Mary Elizabeth Gorman Sewell son parte de una exposición inaugurada en la embajada argentina en Washington para celebrar la «epopeya» de las más de 60 docentes que viajaron de Estados Unidos a nuestro país contratadas por el gobierno de Domingo F. Sarmiento para fundar escuelas normales y reorganizar centros educativos desde el año 1869.

Fueron dos maestras estadounidenses que en el siglo XIX participaron en la cruzada por la educación que lideró Domingo Faustino Sarmiento en Argentina.

«Me da orgullo que sean reconocidas», dijo Peter, bisnieto de Clara, graduada como maestra en Winona, Minnesota, que llegó en 1878 a la Argentina como ayudante de su hermana Frances, en una escuela en Paraná, y por amor terminó arraigada en Santa Fe.

La exhibición incluye más de 40 retratos digitalizados y restaurados, así como mapas de los recorridos que estas pioneras hicieron desde Nueva Inglaterra, Ohio o Nuevo México hasta recónditos parajes selváticos, montañosos o las llanuras pampeanas.

«Casi todas cumplieron con los requisitos del gobierno argentino», dijo a la agencia AFP Laura Ramos, escritora argentina del best seller «Las señoritas», que inspiró la exposición.

«Abolieron los castigos corporales y la memorización«

Desde Buenos Aires, donde acaba de recibir el Primer Premio de la Crítica 2021-2022 en la Feria del Libro, Laura Ramos compartió los relatos descubiertos por casualidad una tarde de lluvia, cuando se refugió en el Museo Sarmiento de la capital argentina.

«Allí me topé con un vestido idéntico al que usaban los personajes de ‘Mujercitas’ y me enteré de la historia. Empecé a investigar hasta que encontré en la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, cartas y diarios íntimos de muchas de las maestras», explicó.

«En los cuatro años de investigación encontré muchísimas más cartas en la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, en el archivo del astrónomo Benjamin Gould y en otros archivos de Estados Unidos y Argentina».

Aunque solo 22 de las «maestras de Sarmiento» se radicaron en Argentina cuando terminaron sus contratos, Ramos no duda de la relevancia de su aporte.

«Abolieron los castigos corporales y la memorización, y alentaron los ejercicios físicos y las discusiones. Proponían el juego como elemento central, la enseñanza para ambos sexos y para todas las clases, y escuelas de oficios para huérfanos y mendigos», explicó.

«La enseñanza actual en Argentina usó como modelo los parámetros de estas maestras», concluyó.