En un arduo trabajo investigativo llevado a cabo por el CONICET, se amplió la lista de solventes distintos al agua en los que podría desarrollarse vida. Para llegar a ese resultado de interés para la astrobiología evaluaron biomoléculas esenciales para la vida en 54 solventes diferentes.

Este proyecto cuenta con el apoyo del Instituto de Astrobiología de la NASA y que es un gran avance para la ciencia, fue realizado especialistas del CONICET y de la UBA. Los mismos presentaron un trabajo científico que propone que la vida podría existir en solventes distintos al agua, expandiendo considerablemente las posibilidades de encontrarla en otros planetas.

“Tradicionalmente, se asumía que la vida solo podía existir en agua. Pero con el tiempo se publicaron estudios que sugerían la posibilidad de vida en otros solventes (diferentes al agua) presentes en exoplanetas. Ahora, nuestro trabajo amplía el espectro de búsqueda de vida en otros planetas al aumentar la lista de solventes que tienen la capacidad de albergar biopolímeros que sustenten otros tipos de vida, molecularmente diferentes a los que se encuentran en la biósfera”, explica Ignacio Sánchez, uno de los autores del trabajo e investigador en el Instituto de Química Biológica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (IQUIBICEN, CONICET-UBA).

El CONICET en busca de vida en otros planetas

En el trabajo recién publicado, Sánchez, Ferreiro y Ezequiel A. Galpern, también investigador del CONICET en el IQUIBICEN, recurrieron a teorías de la información molecular para evaluar el comportamiento de potenciales biopolímeros en 54 solventes distintos. Y comprobaron que no solo el agua cumple con las condiciones necesarias para el plegado y la evolución de biopolímeros (macromoléculas esenciales para la existencia de vida).

“Encontramos que, junto con el agua, existen muchos solventes (en total 54) cuyo régimen líquido es compatible con el plegamiento y la evolución de los biopolímeros”, destaca Sánchez. Y agrega que el trabajo recién publicado presenta un ranking de los solventes en términos de compatibilidad con biopolímeros.

En este sentido, la investigación demuestra que otros solventes, como alcoholes, hidrocarburos y compuestos presentes en nubes moleculares que se reparten por el Universo y en planetas extrasolares, también podrían albergar bioquímica y potencialmente vida.

Sánchez y el también investigador del CONICET Diego Ferreiro lideran el Laboratorio de Fisiología de Proteínas en el IQUIBICEN. Durante más de 10 años realizan estudios sobre el plegado y la evolución de proteínas terrestres, línea de investigación básica que entre otros objetivos, aporta información clave para la comprensión de mecanismos moleculares asociados a múltiples patologías.