El gobierno argentino presentó este jueves su pedido ante el Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas para que se reanuden las negociaciones con el Reino Unido por la soberanía de las Islas Malvinas.

El canciller Santiago Cafiero estuvo presente en la sesión del organismo de la ONU, que se llevó a cabo en Nueva York.

El motivo fue sostener el reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.

"Es hora ya de que el Reino Unido escuche a la comunidad internacional y retome las negociaciones para alcanzar una solución pacífica a la disputa de soberanía con la República Argentina, que no le tenga miedo a la paz", expresó Cafiero.

El canciller también recordó que "Malvinas no es solo una causa nacional, sino una causa mundial", dado que "alrededor del mundo existen todavía 17 situaciones coloniales pendientes de solución, de las cuales 10 involucran al Reino Unido".

Los argumentos argentinos

Los argumentos que respaldan la posición de la Argentina "son conocidos", indicó Cafiero, "porque hace 189 años que los repetimos".

El funcionario apuntó que Argentina "heredó los derechos de España en 1810 y luego de ello las Malvinas estuvieron presentes en las constantes acciones de los gobiernos argentinos en ejercicio de sus derechos de soberanía que se consolidó con el establecimiento de la Comandancia político y militar en 1829".

A diferencia de Argentina, "la posición británica ha ido cambiando a lo largo del tiempo y se contradice con su conducta del pasado", denunció Cafiero. Reino Unido, recordó en ese sentido, "pasó de rechazar las negociaciones a aceptarlas en cumplimiento de lo dispuesto por la resolución 2065 de la Asamblea General de 1965 para luego finalmente volver a rechazarlas".

A partir de 1966, y durante 16 años, "ambas partes negociaron para alcanzar una solución diplomática a la disputa, tal como corresponde a dos miembros responsables de la comunidad internacional comprometidos con el orden internacional, basado en el derecho internacional, de resolver sus controversias por medios pacíficos", señaló el funcionario.

Sin embargo, una vez interrumpidas las negociaciones bilaterales sobre la soberanía, "el Reino Unido cambió su posición: desde entonces condiciona la reanudación de las negociaciones al consentimiento de los habitantes de las islas".

Este año se cumplieron los 40 años desde el conflicto bélico por Malvinas.

Al respecto señaló que, de esa manera, se hace "caso omiso" a lo establecido por la Asamblea General y se ignora que allí "no hay un pueblo sujeto a la subyugación, dominación o explotación colonial" sino que, por el contrario, "la composición de la población de las islas es el resultado de la colonización iniciada por el Reino Unido en 1833 que procuró por todos los medios preservar el carácter británico de esa población".

En consecuencia, sostuvo el canciller, "el derecho a la libre determinación no resulta aplicable a la cuestión de las Islas Malvinas". En cambio, explicó que "sí debe respetarse la integridad territorial de la Argentina, que fue quebrantada en el acto de fuerza británico de 1833, nunca consentido por el gobierno argentino".

"Las victorias militares no otorgan derechos"

Y agregó, en ese marco, que "las victorias militares no otorgan derechos" y que, por lo tanto, "el conflicto de 1982 no alteró la naturaleza de la disputa de soberanía entre la Argentina y Reino Unido, que continúa hoy pendiente de resolución". Esto, subrayó Cafiero, "no lo dice solo la Argentina, sino que fue reconocido por la Asamblea General y fue plasmado en la resolución 37/9 en la que reiteró la vigencia de las resoluciones que se habían adoptado en 1965 y solicitó a las partes a que reanudaran las negociaciones de soberanía".

En 1982, el país estaba siendo gobernado por una junta militar "ilegal e ilegítima que actuó de espaldas al pueblo argentino y se apartó del compromiso nacional de Argentina con el principio de arreglo pacífico de las controversias internacionales".

Para resaltar la injusticia del conflicto, Cafiero le preguntó a los presentes: "¿Hay democracias que valen más que otras? ¿Hay Estados habilitados a incumplir la Carta de la ONU y no leímos la letra chica?". La comunidad internacional, propuso Cafiero en ese sentido, "debe actuar o será cómplice de la doble moral, de aquellos que son promotores del multilateralismo en tierra ajena".