El primer ministro australiano, Anthony Albanese, vinculó el atentado del domingo contra la comunidad judía en Sídney a la ideología del Estado Islámico y confirmó que la agencia de inteligencia australiana (Asio) había investigado ya en 2019 a uno de los presuntos atacantes, Sajid Akram, abatido por las autoridades. Su hijo, y segundo sospechoso, que también resultó herido el día del ataque, despertó este martes del coma pero esperarán a que se estabilice para presentar cargos en su contra por las 15 muertes. Ahora Australia se encamina a endurecer las leyes sobre armas de fuego para mejorar los sistemas de control de licencias.

En declaraciones a un programa matutino de la cadena pública australiana ABC que recogió EFE, Albanese explicó que Asio llevó a cabo una investigación en 2019 en la que se entrevistó a varios miembros de la familia, incluido Sajid, padre de Naveed Akram –quien este martes recuperó la conciencia– y señalado como segundo implicado.

"Hubo una investigación. El padre fue entrevistado en ese momento y no se mostró indicio alguno de radicalización", señaló el jefe del Ejecutivo. Con todo, tras el tiroteo en la popular playa de Bondi, la policía encontró en el vehículo del hijo banderas del EI de fabricación casera y artefactos explosivos improvisados.

Por su parte, el Departamento de Inmigración de Filipinas (BI, en inglés) confirmó también este martes que los dos presuntos atacantes de Sídney estuvieron en Filipinas casi todo noviembre. Registraron su estadía en la ciudad de Davao, capital de la isla de Mindanao, donde actúan varios grupos afines al EI. De hecho, Marawi, en el sur de Mindanao, fue tomada durante meses en 2017 por células de Isis. 

Albanese calificó el atentado de acto "meticuloso, calculado y a sangre fría".

El ataque se produjo sobre las 18.40 hora local del domingo (7.40 GMT), cuando padre e hijo abrieron fuego con rifles contra la multitud reunida en el parque Archer, junto a la popular playa de Bondi. En el lugar se celebraba un acto por el inicio de Janucá, al que asistían cerca de un millar de personas.

Tras los primeros disparos, la Policía acudió rápidamente y se produjo un intercambio de fuego en el que dos agentes resultaron heridos.

Sajid Akram murió tras ser abatido, mientras que su hijo fue trasladado al hospital bajo custodia policial y permanece en coma.

Las víctimas del atentado tenían entre 10 y 87 años e incluyen a una niña de 10 años, un rabino nacido en Reino Unido, un oficial de Policía retirado, un superviviente del Holocausto y un ciudadano francés.

El ministro de Salud de Nueva Gales del Sur, Ryan Park, informó que 26 personas continúan hospitalizadas, 12 de ellas en estado crítico.

Entre los heridos se encuentra Ahmed al Ahmed, ciudadano de origen sirio de 42 años, que fue reconocido por su actuación al desarmar a uno de los atacantes. Albanese lo visitó este martes en el hospital y lo definió como "un verdadero héroe australiano".

Según relató el primer ministro, Ahmed decidió actuar al presenciar el tiroteo mientras se encontraba con amigos en la playa. Se escondió detrás de unos vehículos, sorprendió a uno de los asaltantes y logró quitarle el rifle con sus propias manos, antes de resultar herido en el brazo y la mano.

Endurecimiento de las leyes de armas

En respuesta al atentado, Albanese anunció que su Gobierno impulsará un endurecimiento de las leyes sobre armas de fuego, con el objetivo de reforzar el sistema de control de licencias.

Entre las medidas figuran la aceleración del Registro Nacional de Armas, un mayor uso de inteligencia criminal en la concesión de permisos, la posible limitación del número de armas por persona y la revisión de los tipos de armas permitidas.

Sajid Akram contaba con licencia de armas desde hacía una década y tenía al menos seis armas registradas, un hecho que ha intensificado el debate nacional sobre la seguridad y el control del armamento tras la tragedia.