En la anteúltima jornada de audiencias del juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa, declaró de manera virtual Agustín Costa Shaw, perito psicológico propuesto por la defensa de los rugbiers, y relató que ninguno de los imputados quiso participar de un peritaje por miedo a que se filtre contenido del mismo por desconfianza del sistema judicial.

Costa Shaw relató que vio a los involucrados en el crimen de Báez Sosa "nerviosos, como en una disyuntiva de querer hablar y no poder hacerlo", y agregó: "Muchos tenían temblores, básicamente Enzo Comelli".

Además señaló que Máximo Thomsen "no paraba de llorar y hubo que contenerlo" al ser recibido. "Él dijo que no quería realizar la pericia porque después se filtraría todo, después quiso decir algo y se quebró", relató Costa Shaw. Por otro lado aseguró que Thomsen se sentía culpable "por la salud de su madre".

También se refirió a otro de los acusados y expuso: "Lucas Pertossi, un poco más tenso, dijo que no tenía confianza en seguir porque son palabras de autoridades judiciales que los tratan como asesinos y que no tenía confianza", algo que repitió Ciro Pertossi, haciendo hincapié en la desconfianza en la seguridad del sistema judicial.

Qué pasó en la anteúltima audiencia del juicio

 

Al comenzar la jornada de juicio de este martes, Ciro Pertossi, uno de los principales apuntados junto a Máximo Thomsen, volvió a romper el silencio y pidió declarar ante el tribunal.

"Quiero aclarar que en el video que se mostró no pegué una patada", dijo y completó: "Cuando vi al chico (por Báez Sosa) en el piso frené la patada". Si bien la fiscalía insistió en hacerle preguntas al acusado para ampliar su declaración, el joven se negó a responder.

Más adelante, también hablaron los padres de algunos de los rugbiers. En la jornada de ayer ya habían hablado las madres de Máximo Thomsen y Blas Cinalli, y esta mañana fue el turno de otro grupo de padres y madres.

María Alejandra Guillén, madre de Enzo Comelli, relató: “Enzo hacía deportes, tenía que rendir materias del secundario y trabajaba en un boliche en la parte de la caja. Con eso se pagó las vacaciones porque yo ese año me había quedado sin trabajo. Fue con sus amigo, a la mayoría los conozco. El año anterior había ido también”.

En cuanto a Mauro Pertossi, padre de Ciro y Luciano, expresó: “Todo esto es una desgracia. Uno cree que las cosas están encaminadas en la vida, llega esto y no sé qué pensar. No puedo creer que estemos viviendo este momento. Mis hijos no son asesinos, son chicos, son adolescentes, son vagos como decimos en el barrio”, los defendió.

También habló ante el tribunal Eduardo Benicelli, padre de Matías, y sostuvo: "Nunca me imaginé que iba a pasar algo así con mi hijo. Afectó en todo".