Familiares, amigos y compañeros del colectivero asesinado, Marcos Daloia, despedían esta mañana al chofer de la línea K que murió este domingo luego de tres días de agonía. La salida del cortejo fúnebre marca el comienzo del duelo para sus seres queridos y el regreso de sus compañeros colectiveros a las calles luego de unos cuatro días de paro. De todos modos, desde las empresas anticiparon que el servicio volvía de a poco a la normalidad después de las 15. 

El cortejo fúnebre de Daloia partió de las salas velatorias Caramuto este martes poco antes de las 11.30 para su cremación. En la puerta sobre calle Córdoba, decenas de hombres en la característica camisa celeste de los colectiveros lo despedían con aplausos.

A diferencia del último adiós a César Roldán, el chofer de la línea 116 acribillado en diciembre del año pasado también cuando trabajaba, no hubo caravana de colectivos a pedido de la familia Daloia. 

Foto: Alan Monzón / Rosario3
Foto: Alan Monzón / Rosario3

Este lunes, durante el velorio, los choferes anticiparon que retomarían sus actividades una vez concluido el rito fúnebre este martes desde el mediodía.

Luego del ataque del jueves, que dejó a Daloia internado con un balazo en la cabeza en grave estado en el hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), la UTA lanzó un paro por tiempo indeterminado que este martes iniciaba –pero no completaba– el quinto día.

Sin transporte, otras actividades se sumaron al reclamo de seguridad en una suerte de paro ciudadano que este lunes y este martes mantuvo escuelas y centros de salud cerrados.