La escena se repite una y otra vez. Alguien se acerca al contenedor verde de Jujuy y Alvear, levanta la tapa y se lleva algo después de revolver un rato el interior. Ese "algo" es basura, puede ser comida, cartón, pedazos de cosas, restos de otras. Apenas se vaya, llegará un hombre o un chico, en bicicleta o en moto, quizás sea una jovencita que arrastra un carro con un niñito adentro. La procesión en infinta y ni siquiera por estos días cuentan con las sobras de los bares de la zona que suelen engordar los volquetes. 

Son versiones de lo que sucede en la mayoría de los conteiners de Rosario, con mayor frecuencia en estas últimas semanas de cuarentena más estricta. Basta prestar atención para ver sus cuerpos semienterrados en medio de los desperdicios, intentando rescatar un bocado o algo para vender por casi nada. La pandemia es contagiosa hasta este extremo, en los barrios y en el centro.

Hugo Centurión conoce a algunas de estas personas que dejan los bordes de la ciudad para adentrarse donde los residuos se arrojan en contenedores. Referente de Pueblos Originarios y habitante de Empalme Graneros, trabaja en un centro comunitario del lugar. “Sin dudas esta pandemia y la crisis económica que venimos sufriendo hace 4 años ha impulsado a la gente a buscar algo para poder comer en los volquetes”, manifestó a Rosario3 y agregó: “La situación es muy difícil con la pérdida de la changa u otros ingresos, entonces se vuelve ahí, porque en un momento se había dejado”.

“La gente se ve con la necesidad de laburo, de poder llevar comida a su casa y recurre a los volquetes, a los del macrocentro y también los de las avenidas”, lamentó y consideró: “Antes pasaba claro, pero hoy es continuo y diario, antes podíamos lavar una vereda, juntar cartón pero hoy hay compañeros que no tienen ninguna posibilidad por la pandemia. Y esto también se ve en el aumento del  50 por ciento de la gente que recurre a los comedores o copas de leche”.

Es oficial

La presencia constante de personas revolviendo la basura de los volquetes fue confirmada por el secretario de Desarrollo Humano y Hábitat, Nicolás Gianelloni y también por el Director General de Higiene Urbana, Luciano Marelli. “Hay un incremento de la gente que cirujea y recupera lo que hay en los contenedores”, manifestó el primero de los funcionarios municipales.

De acuerdo a lo que explicó, las restricciones de las actividades en prevención contra el coronavirus, también golpean a la economía informal. “Antes tenían algunas changas pero ahora está restringido, nos lo refieren desde las mismas organizaciones sociales: la gente de los barrios está saliendo a cartonear, a ver qué pueden encontrar en los volquetes”, destacó. La situación, de acuerdo a lo que apuntó Gianelloni, se ve empeorada ante la imposibilidad de activar las ferias populares así como también las capacitaciones en oficios de los programas Nueva Oportunidad y Santa Fe Más.

Luciano Marelli también dio cuenta del aumento considerable de personas que recurren a los residuos para vivir: “Se incrementó la frecuencia con la que la gente revuelve los contenedores para buscar algún residuo y se amplió el sector,  antes era más en el micro y macro centro y avenidas pero esto se fue ampliando hacia los barrios y también lo visualizamos”, comentó y añadió: “Lo vemos en la calle y en las intervenciones de limpieza”.

Por último, contó que notaron que en este último tiempo, la gente hace limpieza en sus casas y suele entregar los materiales a los recolectores informales con mayor frecuencia.