Aunque suele relacionarse el uso de aplicaciones de citas con audiencias más jóvenes, los datos recientes de Gleeden —la app de citas no monógamas creada por y para mujeres y que ya supera los 13 millones de usuarios en el mundo— muestran un escenario distinto: la mayor parte de quienes participan se ubica alrededor o por encima de los 35 años.
El relevamiento incluye Argentina, Brasil, Colombia, México, España, Francia e Italia. En todos, las edades promedio van de los 30 a los 41 años, con variaciones según país y género.
Argentina: una adopción marcada por la adultez
En territorio argentino, las edades promedio rondan los 35 años en mujeres y 37 años en hombres, lo que posiciona al país entre los mercados donde la participación se concentra principalmente en personas adultas.
Esta tendencia coincide con los resultados de la Radiografía de la No Monogamia en Argentina, el estudio realizado por Gleeden junto a Dive Marketing (2025), que indica que poco más de 1 de cada 2 argentinos atravesó algún tipo de vínculo no monógamo en algún momento de su vida.
De acuerdo con esa investigación, la infidelidad sigue siendo la práctica más común (27%), seguida de las relaciones abiertas (26%). Además, se detecta un aumento del interés en modalidades como las tríadas, sobre todo entre adultos jóvenes.
Tendencias internacionales
En Europa, Italia encabeza las edades promedio más elevadas (40–41), seguida por Francia (38–40), mientras que España se ubica en torno a los 39 en mujeres y 37 en hombres, cifras cercanas a las de Argentina. En América Latina, los promedios son algo más bajos, aunque se mantiene la misma lógica: predominio de usuarios mayores de 30.
Las variaciones entre géneros son mínimas en todos los casos, lo que evidencia una participación equilibrada y un crecimiento sostenido del uso femenino dentro de este tipo de plataformas.
Un modelo relacional en plena transformación
La información aportada por Gleeden señala que la no monogamia contemporánea dejó de ser una práctica puntual o asociada únicamente a la juventud. Su presencia consolidada en franjas etarias adultas apunta a un replanteo de los modelos afectivos tradicionales y a la exploración de acuerdos alternativos que pueden coexistir con estructuras ya establecidas.



