A días de la sentencia a los ocho acusados de matar a Fernando Báez Sosa, los rugbiers pidieron una biblia y un pastor durante su estadía en la Alcaldía de Melchor Romero, antes de enfrentar el juicio. Además, los imputados demostraron su temor por separarse en la cárcel tras recibir la sentencia que la conocerán el lunes 6 de febrero cuando el tribunal diga el veredicto final. 

Según informa Crónica, la fe cristiana en la que se apoyan quedó expuesta durante la última jornada del juicio, el jueves pasado, tras los alegatos que expresó su defensa. Luciano Pertossi, uno de los más complicados en la causa, en sus últimas palabras expresó: “Le pido a Dios que sea algo bueno para todos”. También Ayrton Viollaz, fue otro de los imputados que hizo mención a la fe que lo moviliza cuando al finalizar sus últimas palabras manifestó: "Que Dios los bendiga".

Es que a medida que pasan los días, el temor crece a pasos agigantados  para Luciano y Lucas Pertossi, Máximo Thomsen, Matías Benicelli, Enzo Comelli, Ayrton Viollaz y Blas Cinalli que no sabrán lo que decidirá el tribunal hasta el próximo 6 de febrero. A la vez que temen que una vez que reciban la sentencia sean separados, ya que desde que se encuentran privados de su libertad, “todo lo hacían juntos”.

Es por eso que durante el encierro en la alcaídia de Melchor Romero pidieron distintos libros, entre ellos, los ejemplares de la Biblia, cuya lectura se volvió cada vez más asidua. Además, por pedido de sus familias, los ocho acusados también eran visitados por un pastor cristiano que viajaba desde Zárate a Melchor Romero para acompañarlos.

“Sus únicos pasatiempos detrás de rejas fue jugar a las cartas, alguna lectura -entre ellas las del Nuevo Testamento-, una radio y sin acceso a la televisión”, afirmaron fuentes. Cabe destacar, que se volcaron a las prácticas cristianas a partir del encierro por lo ocurrido. Aunque también podría entenderse como una estrategia para solicitar ingresar todos juntos a un pabellón religioso.