El Concejo Municipal de Rosario empezó a discutir este martes la regulación de la actividad de los cuidacoches, un tema que en las últimas semanas volvió a estar en la agenda pública a raíz de diversas denuncias por incidentes y descontrol por su presencia en eventos masivos. En la comisión de Obras Públicas hay tres proyectos sobre la mesa que buscan normarla, en contraposición a un artículo del Código de Convivencia que sanciona a los “trapitos”

El Código fue actualizado en noviembre de 2021 y puesto en vigencia en agosto de este año. Cuando se debatió en el recinto, un artículo fue apuntado por el oficialismo como el que serviría para sancionar a los cuidacoches de la ciudad, aunque fue el más cuestionado durante la discusión: logró aprobarse con 13 votos a favor y 11 en contra.

El artículo en cuestión es el 300, enmarcado dentro del capítulo de “Faltas de peatones”, y establece: “La persona que, mediante actos determinados obstruya o altere la fluidez o seguridad del tránsito, o que mediante actos extorsivos y/o de cualquier otra manera se arrogue preferencia de uso sobre la calzada o parte de la misma sin autorización alguna de la autoridad, será sancionada con multa de 10 a 200 UF y/o con la realización de tareas educativas y concientizadoras”.

La reñida votación que permitió su incorporación al Código, aprobado en general por unanimidad, generó discusiones y contrapuntos entre ediles de diferentes sectores políticos: mientras el oficialismo defendió su inclusión, ediles opositores espetaron que no era realmente útil para solucionar el problema de fondo y que cargaba la responsabilidad en los vecinos de denunciar las extorsiones.

Los proyectos en discusión


Los tres expedientes, impulsados por Lisandro Cavatorta (Frente de Todos), María Fernanda Gigliani (Iniciativa Popular) y el bloque Ciudad Futura, persiguen una misma línea regulatoria frente a la imposibilidad práctica de prohibir su actividad, parte de un fenómeno social vinculado a la exclusión y falta de oportunidades. 

Frente al debate, la posición del bloque oficialista va en consonancia con las iniciativas presentadas por los ediles de la oposición y pretende ir hacia una normativa que permita el registro y la regularización de quienes hagan el trabajo con permisos individuales, replicar experiencias existentes -como los cuidacoches solidarios en Colectividades- y trabajar con Policía y Justicia para evitar abusos y extorsiones, según le contó a Rosario3 el concejal Ciro Seisas de Creo/Arriba Rosario, el espacio del intendente Pablo Javkin.

Cuidacoches registrados y capacitación

Cavatorta, autor de una de las iniciativas presentadas en noviembre, expresó que el artículo 300 es ineficiente porque “le carga al vecino la obligación de probar la extorsión, cosa que no está sucediendo” y tampoco se cuenta con la identificación de los cuidacoches con “nombre, apellido y número de registro”. También señaló que la prohibición tampoco es efectiva, ya que el control municipal es insuficiente. 

El proyecto del concejal del Frente de Todos propone censar, registrar y diferenciar entre los cuidadores de calles de lunes a domingo, y los de espectáculos masivos, culturales o deportivos, “para detectar a los que hace años trabajan en una cuadra, son reconocidos por los vecinos, se manejan con respeto y cobran a voluntad, realizan esta actividad para llevar un mango a casa, y separarlos de los que son mafias organizadas y en muchos casos delincuentes con antecedentes”.

Una vez hecho ese registro, se distribuirán en zonas, días, horarios y eventos. La idea es replicar y expandir la experiencia solidaria que ha funcionado en la Rambla Catalunya y la Fiesta de Colectividades, pero con precio voluntario.

Por otra parte, el proyecto de Gigliani también postula la implementación de un padrón que identifique a quienes actualmente llevan adelante la tarea y que a su vez tengan que capacitarse de manera obligatoria en buenas prácticas.

Esto incluye, según se detalló, la formación en atención al público y convivencia ciudadana, información turística sobre la ciudad, instrucción sobre normativa de tránsito, capacitación económica y financiera básica, y formación en género y diversidad.

Será requisito para llevar adelante la actividad tener constancia de inscripción en alguno de los programas de capacitación profesional o educativos municipales y provinciales, con el objetivo de generar un proyecto de vida alternativo.

A su vez, plantea un orden de prelación que tome los años de antigüedad en la actividad, y que la contribución sea voluntaria, evitando la exigencia de un pago fijo y la solicitud anticipada de entrega de un monto de dinero. Y prevé la identificación con pecheras, vestimenta adecuada y un código QR.

“Hay que hacer una diferenciación entre aquellos que se organizan para cometer delitos, a los cuales se les debería aplicar el Código Penal, y otro universo de trabajadores informales que llevan adelante esta actividad de cuidacoches”, explicó. 

La experiencia del estacionamiento cuidado

El de Ciudad Futura, en tanto, recupera una experiencia piloto del proyecto de “estacionamiento cuidado” presentado en 2016 durante la discusión de la concesión de la explotación del estacionamiento medido.

Propone hacer una prueba experimental en una zona en particular: 1º de Mayo de San Luis hasta Córdoba; Córdoba entre Buenos Aires y avenida Belgrano; y Belgrano entre Rioja y Córdoba, calles donde no hay estacionamiento medido.

El sistema toma el modelo de la ciudad de Mendoza, con la compra anticipada de una tarjeta cuyo valor lo impone el Ejecutivo: “El trabajador cuidacoche compra la tarjeta a un tercio del valor, y se queda como ganancia con la diferencia entre ese valor de adquisición y lo que le cobra al ciudadano usuario del sistema".

"El resto son ingresos a las arcas municipales para destinar o a reforzar el sistema de bicicletas públicas, o al Fondo Compensador del Transporte”, explicó Pedro Salinas, integrante de la comisión.