Cientos de peregrinos se dieron cita en un monasterio de monjas benedictinas en la zona rural de Missouri, Estados Unidos, luego de que se difundiera la noticia de que los restos exhumados de su fundadora, la hermana Wilhelmina Lancaster, parecen estar incorruptos.
La hermana Wilhelmina fue la fundadora del monasterio Las Hermanas Benedictinas de María, Reina de los Apóstoles, que se encuentra en el pueblo de Gower, en las cercanías de Kansas City.
[WATCH] Sr Wilhelmina Lancaster buried May 2019 Has been Exhumed 4 years after and shows no sign of Decay. Missouri
— MoonAvenue (@MoonAvenue__) May 26, 2023
3 minute watch on YouTube ��������https://t.co/Meai0jm6io
Zuma Reserve Bank Fikile Mbalula A-Reece Toss
Cassper Eswatini Kay Yarms Cyril Ramaphosa #DrNandipha pic.twitter.com/98liWQBmeL
Según el diario estadounidense The New York Post, entre 10 mil y 15 mil personas se acercaron a la capilla donde fue puesto el cuerpo que fue cubierto con cera protectora hasta que fuera colocada una cubierta de cristal.
Pese a que el estado incorrupto del cadáver es para muchos un signo de santidad, especialistas afirman que ciertas condiciones ambientales pueden ralentizar durante años el proceso de esqueletización.
Had the opportunity to see the incorrupt body of Sister Wilhelmina Lancaster at the Benedictines of Mary Monastery in Gower, Missouri today! pic.twitter.com/NOTIt6I4pJ
— Jonathan Lesarge (@JonathanLesarge) May 30, 2023
La religiosa murió en 2019 a los 95 años y, cuatro años después, el pasado 18 de mayo, el cuerpo fue exhumado para ser trasladado a su lugar de descanso final en la capilla de su monasterio. Para sorpresa de las monjas benedictinas, que esperaban encontrar solo huesos, al abrir el ataúd vieron el cuerpo y las vestiduras aparentemente intactas, a pesar de que no había sido embalsamado y de que el féretro de madera tenía una grieta, exponiendo los restos a la humedad y la suciedad del ambiente.
En la tradición católica, los cuerpos que desafían el proceso de descomposición son conocidos como "incorruptos", una señal de santidad. "Creemos que es la primera mujer afroamericana en ser encontrada incorrupta", señaló la madre Cecilia, la abadesa del monasterio y la primera persona que examinó el ataúd.