La Nasa publicó dos imágenes satelitales que muestran la grave sequía que afecta al centro y sur de Brasil, que en casi un siglo no registró estos alarmantes valores. Fueron capturadas en Lago das Brisas, en el río Paranaíba (en Minas Gerais, el segundo estado más poblado de Brasil), gracias al satélite Landsat 8, el 12 de junio de 2019 y 17 de junio de este año.

Cinco embalses cercanos registraron niveles de agua inferiores al promedio (1993-2002) por más de 2 metros, según el Global Reservoir y Lake Monitor, que analiza este tipo de variaciones en aproximadamente 70 lagos y embalses del mundo utilizando una combinación de datos altimétricos de radar por satélite.

Según la Nasa, los bajos niveles de agua son evidentes en diferentes lagos de la cuenca del río Paraná, que alberga diversas presas hidroeléctricas y embalses que contribuyen al suministro de energía de la región.



La situación en el país llevó a que el presidente de la Cámara baja del Congreso, Arthur Lira, dijera que Brasil tendrá que pasar por "un período educativo de cierto racionamiento (de energía) para evitar cualquier tipo de crisis mayor".

"Hablé recientemente con el ministro de Minas y Energía, Bento Albuquerque, que aclaró que la medida provisional no supondrá ninguna orden relacionada con el racionamiento de energía", escribió.

Los niveles de agua en el río Paraná están casi 8,5 metros por debajo del promedio cerca de la frontera de Brasil con Paraguay. Ese nivel puede interrumpir el tráfico de barcos de carga y encarecer el transporte de mercancías.

Según los expertos, este menor volumen de precipitaciones está mayoritariamente relacionado con el fenómeno de La Niña, que perturba las temperaturas, los ciclos de lluvia y los patrones normales de tormentas en diversas partes del mundo.

Las fuentes consultadas argumentan que la deforestación en el Cerrado, como es conocida la sabana brasileña y que es el mayor ecosistema del país después de la Amazonía, agrava la escasez en los embalses de Paraná, responsables de la mayor capacidad de generación de energía hidroeléctrica del país.



En los últimos años, diversos especialistas han vinculado la deforestación en la Amazonía con la caída de precipitaciones en otras partes de Brasil. Según el diario BBC, la tala de árboles provoca que los bosques dejen de inyectar una inmensa cantidad de agua en la atmósfera que luego se convierte en lluvia, parte del fenómeno de los "ríos voladores".