Fatemeh Khishvand, una joven iraní que fue arrestada a principios de octubre pasado bajo acusaciones de blasfemia y corrupción de la juventud, se encuentra conectada a un ventilador en el hospital de Sina, en Teherán, tras contraer el coronavirus mientras estaba bajo custodia estatal, denunció este viernes el Centro por los Derechos Humanos en Irán (CHRI).

"Nos parece inaceptable que esta joven mujer haya contraído el coronavirus en estas circunstancias, cuando su orden de detención se ha extendido durante todo este tiempo en la cárcel", dijo a CHRI el abogado de derechos humanos Payam Derafshan.

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Los defensores de Khishvand acusan de su estado de salud al juez Mohammad Moghiseh, que está a cargo de su caso y ha rechazado "muchas veces" las solicitudes de liberarla bajo fianza, a pesar de que otros presos de conciencia fueron liberados temporalmente después que la pandemia alcanzara al país persa. La joven "es el único [recluso] que ha permanecido detenido", según Derafshan. 

Según sus palabras, el juez rechazó incluso una petición formulada después que el presidente del Tribunal Supremo iraní, Ebrahim Raisi, emitiera una orden para liberar a los sospechosos antes del Nouruz (el año nuevo persa), celebardo el 20 de marzo. "Y ahora que el coronavirus se ha propagado, seguimos buscando a Moghiseh, pero no podemos encontrarlo en el tribunal. Dicen que está allí, pero no lo hemos visto", agregó el letrado.

Khishvand, que tiene alrededor de 20 años se hizo famosa en 2017. Entonces, distintos medios sostuvieron que la joven se habría sometido a 50 cirugías para parecerse a la actriz estadounidense Angelina Jolie. Sus fotos fueron objeto de bromas y burlas, y se la llegó a comparar con el personaje de 'La novia cadáver' o con un zombi, además de calificarla de "aterradora".

Estrella, sin embargo, de las redes sociales, fue arrestada a principios de octubre de 2019 por orden de una corte de Teherán. Entre las acusaciones que se le formularon están la promoción de la violencia, blasfemia y corrupción de la juventud. Según la ley iraní de blasfemia, podría enfrentarse a castigos que van de cinco años en prisión hasta la pena de muerte.