El municipio de Madrid comunicó que instrumenta un plan de exterminio de cotorras argentinas que invadieron la ciudad. Aseguran que son peligrosas para los ciudadanos, que hacen mucho ruido y construyen nidos en los árboles que pueden pesar hasta 200 kilos. En los últimos tres años, la población de cotorras argentinas en Madrid creció un 33 por ciento.

De acuerdo a lo que publicó el diario Página 12, en un comunicado, la alcaldía madrileña indicó que buscarán "reducir y controlar la población de estos alados en la capital" a través del "sacrificio ético y la esterilización de los huevos". "Se han convertido en una preocupación para los ciudadanos y hemos recibido muchísimas quejas", explicó Borja Carabante, delegado de Medio Ambiente de la ciudad.

Entre las principales quejas, los madrileños señalaron el “ruido molesto” en referencia al característico parloteo de las cotorras, que suele ser de un tono elevado. Desde el Servicio de Biodiversidad de Madrid señalaron que transmiten enfermedades a otras aves, se comen su alimento y expulsan a otras especies. “Es un bicho que se habitúa muy bien a condiciones que no son las suyas. Se ha adaptado porque es muy inteligente. Además, se alimenta de muchas cosas y aprovecha cualquier resto de comida o vegetal”, explicó también Santiago Soria Carreras, jefe del Servicio de Biodiversidad.

Otra de las preocupaciones del municipio es el tamaño de sus nidos que son construidos en las copas de los árboles y pueden llegar a pesar 200 kilos. “Supone un riesgo en caso de caída para los ciudadanos”, agregaron.

El plan de exterminio –cazar y sacrificar 12 mil ejemplares con un costo de 100.000 euros– también enfatiza que las cotorras compiten "por el alimento con otras especies", tienen una "actividad depredadora" y dañan "tallos y brotes tiernos de la vegetación que emplean para hacer sus nidos", finalizó el comunicado.

Se cree que las tradicionales cotorras argentinas, de plumaje verde, llegaron a la capital española primero como mascotas. Luego fueron soltadas y proliferaron en los parques

"Todo control de animales duele, a mí el primero, pero tenemos que entender que es por un bien superior, que es proteger a la flora y fauna de las especies que deben estar aquí. No sabemos qué puede pasar si no logramos reducir la población, pero es seguro que desplazará a nuestra fauna y la posibilidad de que un nido cause un accidente grave será mayor”, dijo al diario El País Soria Carreras.