Una modalidad repetida pero no por eso menos efectiva para los delincuentes: colocar adoquines en la calzada para dañar vehículos y asaltarlos. Un hecho que se repite mucho, y especialmente, en el acceso a Rosario por la autopista a Córdoba y que en las últimas horas sumó más víctimas.

Johana es de Cañada de Gómez y este miércoles contó en Telenoche (El Tres) el momento de terror que vivió junto a dos amigos cuando ingresaban a la ciudad, cerca de las 22 del martes.

“Sentimos el ruido de que rompimos las ruedas, pudimos por suerte sostener el auto y parar en la banquina. Bajamos rápido a mirar (el daño) pero vimos que venía gente corriendo. Logramos subir, trabamos las puertas y enseguida eran siete golpeando las ventanas con palos”, comenzó su relato.

Agregó que los asaltantes eran “todos chicos”. Estaban con gorras y capuchas y al menos dos de ellos iban armados. “Uno apuntaba al conductor, nosotros arrancamos, no nos rompieron las ventanas pero lograron abrir mi puerta. Gritaban que les demos plata y los celulares”, señaló.

Los jóvenes lograron escapar y pedir ayuda a un móvil policial que estaba cerca, a la altura del puente de calle Wilde que atraviesa la autopista. Pero antes, vieron cómo al menos otro auto corrió la misma suerte: reventó neumáticos por la presencia de adoquines en el pavimento y sus ocupantes fueron robados.

El móvil de Telenoche transmitió en vivo este miércoles desde la zona. El patrullero que habitualmente se aposta sobre el mencionado puente no estaba, pero llegó al rato, al caer la noche. También se veían algunos móviles patrullando de ida y vuelta ese tramo de la autopista, en los kilómetros previos a la entrada a Rosario. Sin embargo, dicha presencia parece no ser suficiente.

Durante las dos décadas que tiene de existencia la autopista a Córdoba se registraron asaltos en ese sector, siempre de la misma forma: los delincuentes colocan adoquines, troncos o cualquier objeto capaz de hacer perder el control de los autos, lo que supone también un enorme riesgo vial.

El límite de algunos barrios linderos a la calzada está alambrado pero otras partes no, lo que facilita el ingreso de personas a la calzada desde los laterales. Dos semanas atrás tomó estado público el violento asalto que en ese lugar sufrió el periodista rosarino Cristian Lavallén: le apuntaron con un arma a la cabeza y le robaron todo los objetos de valor que llevaba.