Es uno de los periodistas de deportes más completos del país. Un estudioso. Un fanático de su trabajo. Miguel Simón, relator de fútbol internacional de la cadena ESPN, en los últimos años se ha ganado un reconocimiento tanto de sus pares como del público. Reconocido por su capacidad para tener siempre el dato justo, quirúrgico, que mejora las transmisiones. “Si trabajás mal, no tenés chance de cumplir ningún sueño; entonces, me esfuerzo para tener el mayor conocimiento posible”, sostiene en la charla con Rosario3.

Además de televisión, ha trabajado en radio y en medios escritos. También incursionó en el rugby, el básquet y el tenis. Desde el año 91 hasta el 2000 trabajó en el canal América, en el que formó una recordada pareja junto a Juan Pablo Varsky en las transmisiones del Nacional B.

Se sumó a ESPN en el año 2000 y cubrió varias finales de Champions League y los Juegos Olímpicos de Londres 2012, además de ser el conductor de SportCenter.

-¿Qué te parece el fútbol argentino en cuanto al juego?

-Hace rato que el fútbol argentino, me parece, se está alejando de lo que se practica en la parte más importante del mundo futbolístico, que es Europa. Hoy no hay ninguna duda de que, por una cuestión económica, de presupuesto, de formación, de condiciones, de atracción, en Europa, en las grandes cinco ligas, está el centro del fútbol mundial. Basta con ver las estadísticas de los mundiales y lo que pasa en los mundiales de clubes. Lamentablemente, de ese sector del mundo nos hemos ido alejando. No sé si hay una sola causa, porque es multifactorial lo que se ve.

Tenemos la deuda, o tiene el fútbol argentino, yo no soy quién para determinarlo, de definir el perfil, qué se quiere para el fútbol argentino, si va a ser exportador. Tener un torneo en el que permanezcan los chicos es difícil porque la seducción está lejos de acá.

Muchas de las ligas tienen un perfil exportador, y para eso tenés que sacar jugadores que se puedan adecuar a ese perfil para que el fútbol argentino pueda ser rentable. Tiene doble sentido y doble objetivo: sacar buenos jugadores, los disfrutas lo que puedas, exportas y después, si mejoras el tema del mensaje y las inferiores, vas a ir reciclándote, porque en definitiva un país exportador es eso.

Lo que está pasando hoy, me parece, es lo que le pasó al rugby acá; “primario y secundario” en Argentina, y el “terciario” era cuando te ibas a Europa; de hecho, la Generación Dorada de básquet también vivió eso, porque la Liga Nacional fue una plataforma y después el gran salto de la mayoría que fueron generacionales lo dieron en el Tau Cerámica de España, con (Dusko) Ivanovic. Y el fútbol argentino debería intentar hacer algo parecido, el tema es que cada vez cuesta más que en Europa te acepten para seguir formando al futbolista. O lo quieren muy temprano, para terminar de moldearlo ellos, o lo quieren consagrado, algo que últimamente no se da, porque desconfían de la liga argentina.

-En la selección se empieza a ver eso, con jugadores que no pasaron por nuestro fútbol

-Tiene que ver un poco con lo que te decía, hoy buscan llevar jugadores pronto y terminar de formarlos allá. Ahora la preocupación en los clubes será impedir que te lo saquen con facilidad. Igualmente, eso está complejo para cualquier liga. España tiene una liga fuerte y hay muchos jugadores que se terminan yendo a Inglaterra, por ejemplo. Le ha pasado al Barcelona, ¿no nos va a pasar a nosotros?. Pero lo que están buscando es terminar de formarlo. Son las reglas que impone el mercado internacional y esta lejanía, en cuanto a presupuesto y geografía, también.

-¿Y en lo organizativo?

-En lo organizativo el fútbol argentino, a veces, hace lo que puede; otras veces, hace lo que no debe; en otras, acierta. No es que nosotros vemos una cosa y los dirigentes otra. No creo que crean que estamos en un paraíso, intentan mejorar. Luchan contra su propias limitaciones, las carencias, y, también, con un formato de dirigencia de fútbol argentino que estuvo mucho tiempo. Esto de que hubiera un presidente que manejara todo, y más allá que todos hablan de cambios , y también ha pasado a nivel continental, el dirigente de fútbol cuando llega al poder quiere imitar ciertos procederes, y el fútbol argentino se acostumbró a que el poder estuviera reducido a una persona y es como que nosotros lo aceptamos. No sé si trabajan en conjunto o se unen para pensar en el bien de la competencia. El dirigente cree que el hincha lo va a valorar por la defensa de su club, sin importarle la competencia. Se valora al dirigente que defiende, o que trata de sacar ventaja, es como bien visto el tipo que te saca ventaja sin pensar en la competencia. Hasta que no nos desprendamos de esos pensamientos o conductas, el crecimiento va a estar difícil.

Simón junto a su ya clásico compañeros Quique Wolf



-¿Cuál considerás que es la mejor liga del mundo? O la que más te gusta a vos, al menos.

-Sí, porque decir qué liga es mejor es meterse en un tema sobre rentabilidad de los clubes, espectáculo, goles, de penetración mundial. A mí, la que más me atrae últimamente es la Premier League, por una cuestión de cantidad de equipos que luchan por el título, más allá de la bipolaridad del Liverpool y Manchester City en los últimos años. Más allá de los resultados, en el espectáculo esa diferencia en puntos que terminaron sacando no siempre está dentro de la cancha, y por eso se ven buenos partidos, con equipos fieles al juego, sin resignar convicciones y tratando de jugar en igualdad de condiciones y de proponer buenos espectáculos. Me parece que hoy la Premier, en ese sentido, es más homogénea en cuanto a cómo ofrecer el espectáculo y todos van detrás de esa idea. Creo que piensan en la competencia más que en otras ligas. En la Premier, si bien los seguidores también tratan de hechar agua para el molino propio, hay una conciencia mayor para mejorar el espectáculo en general.

-¿Cómo lo ves a Messi después de todo lo que pasó en el comienzo de la temporada?

-Lo empecé a ver mejor, más contento, más enganchado, más parte del equipo, en el último par de partidos lo vi como disfrutando un poco más de los compañeros, de la juventud de Pedri, de la juventud de De Jong. Obviamente Messi, para mí, es el mejor jugador de los últimos 15 años, o de los últimos 14, porque no fue el mejor del 2020 por varios motivos: fue un año muy atípico por la pandemia, todo lo que le llevó tomar la decisión de irse del Barcelona, porque la había procesado y te digo que hasta la había ejecutado, y eso no es de un día para el otro. Me parece que sufrió mucho esa situación de tener que asimilar que lo mejor era irse. Y tardó en procesar en que tenía que quedarse. Ahora está transitando eso con la experiencia debida, lo puede manejar para tener un buen segundo semestre, aportar al equipo, que esté bien con Argentina, que decida con libertad y que no le sea tan traumático como lo fue hasta ahora.

-Dijiste que Messi es el mejor de los últimos 15 años, ¿no lo pones entre los mejores de la historia?

-Sí, disputa ese puesto, más allá de los gustos personales. Después hay que ver cuál es el patrón para determinar el mejor de la historia. Y es una discusión a la que no le veo mucho sentido. Uno me dirá que el mejor de la historia es Pelé porque ganó más mundiales; otro, Maradona, por la relación que tuvo con la pelota tan sensacional y porque fue campeón del mundo en el 86 e hizo el gol más grande la historia de los mundiales. Otro dirá que es Messi, porque tiene más goles, más asistencias, más títulos, pero no ganó un mundial. Bueno, entonces, ¿cuál es el parámetro? Si no ganó un mundial, descartamos muchos jugadores de esa lista. Es una discusión que, si entro, lo hago fugazmente.

-Es la discusión que tenemos en Argentina sobre Maradona-Messi

-Claro, ¿cuál es el patrón para definirlo? ¿Lo que me generó a mí? ¿Lo que ganó Diego? ¿Los goles que hizo, los títulos, dónde jugó? Cada uno tiene su opinión con lo que le generó ese futbolista. No tiene mucho sentido. A veces perdemos ese sentido de no dimensionar lo que significan Maradona y Messi para el mundo, más allá de quién haya sido el mejor para cada uno de nosotros, el impacto mundial que han tenido en un deporte global. Es impresionante.

-El fútbol viene trabajando mucho con Big Data, y vos sos de utilizar bastante los datos en tu trabajo. ¿Hay una parte del fútbol que todavía se resiste a usarlos?

-No creo que el fútbol se resista. Los que tienen acceso a este tipo de información la usan y algunos le dan mayor relevancia que otros, y el que le da la relevancia justa es el que saca ventaja. El que cree que el dato define todo se equivoca, y el que prescinde del dato, también. Hace unos días leía a un exmánager de la NBA, que decía algo así como “ojos, orejas y datos”, o sea, primero la vista, después escuchar a quién te rodea y compartir opiniones, y después el dato para confirmar o no lo que la vista te dio primero y el conocimiento después. No creo que el mundo del fútbol se resista. ¿El hincha argentino no está acostumbrado? Es probable, tarde o temprano se va a acostumbrar. Pasó en Inglaterra, en Europa. El tema es cómo empezamos a entregar esos datos.

Simón conduciendo un evento con Manu Ginóbili, junto a Leo Montero



-El 2020 fue un año muy especial debido a la pandemia, ¿qué nos dejó deportivamente?

-Es una buena pregunta. No me puse a pensar qué nos dejó. Fue el año en el cual el deporte tuvo que resignarse a hacer lo que podía, no lo que quería, entonces, cualquier análisis está teñido y condicionado por la pandemia, más allá de casos puntuales en los cuales será inolvidable. Para (Rafael) Nadal ganar Roland Garros es inolvidable; para (Diego) Schwartzman, ser Top Ten, será inolvidable; para Liverpool, aún con pandemia, al ganar el título, será inolvidable; para el Leeds, también. Creo que, en general, para el deporte, fue un año repleto de suspensiones, contramarchas, de altibajos. Un año olvidable.

-Estamos en una época en la que la TV es todo en la difusión del espectáculo deportivo. ¿Cuál crees que es la mejor liga deportiva?

-Es difícil, porque más allá de el espectáculo adentro de la cancha, los escenarios son diferentes. Comparar un estadio de la NBA con uno de fútbol, tenés otro tipo de público, otro tipo de energía, otra cantidad de espectadores. No es una pregunta fácil de responder. Vivir un partido de tenis de alto nivel también es increíble. Creo que como espectáculo deportivo no hay nada mejor que un Juego Olímpico, por la variedad de disciplinas, por el ambiente que se genera, por la energía que hay, por los acontecimientos que se desarrollan y cómo impactan, no solo a nivel informativo, sino también a nivel de mensaje en la sociedad.

-Relataste rugby, básquet, tenis, ahora fútbol. ¿Cuál es el deporte que más te gusta relatar?

-Lo que más me gusta relatar es fútbol, es en lo que más cómodo me siento hoy. Habría que ver si estoy relatando cuatro años NBA cómo me sentiría, pero hoy es el fútbol. Después digo que lo más disfruto en cuanto a mi tarea periodística es cuando me mandan a cubrir eventos, y últimamente fui a muchos de tenis, y, más allá del lugar en el cuál el tenis me convoca, es en el que me siento a pleno periodísticamente, teniendo al protagonista cerca, buscar información, hacer el informe, porque más allá de que relato, ante todo soy periodista, y la cobertura de eventos es donde uno siente que puede desarrollar lo aprendido periodísticamente para un montón de tareas que reúne una cobertura.