Hoy, una mujer que va a parir, esté o no contagiada de covid-19, tiene por delante una vivencia única con características propias de un contexto de pandemia en donde prima la distancia, y que se refuerza si la embarazada es sospechosa de contagio o bien está cursando la enfermedad. Estos cambios que afectan claramente a la gestante y a la criatura también alcanzan a los familiares y a todos los que se desempeñan en el ámbito de la salud.

Madre y bebé

René Dimónaco está al frente del área de Obstetricia del hospital Centenario donde atendieron desde que se decretó el aislamiento social y obligatorio 43 mujeres sospechosas de covid-19 –hasta junio sólo hubo un solo caso–de las cuales 17 dieron resultado positivo de hisopado. El efector es uno de los que mayor demanda atiende en la región lo que obliga a extremar las medidas de prevención. “El problema de parir en pandemia es como morir en pandemia, lo hacés solo. La mujer va a parir sola porque al principio dejábamos pasar al acompañante pero cuando se puso “heavy” ya no. Es imposible físicamente. Después si la mujer es sospechosa o tiene covid es aislada en una habitación y siente miedo y angustia cuando se supone que vino a pasar un momento de felicidad”, señaló a Rosario3.

“Parir en pandemia es muy difícil, más en un hospital público, si la atención resultaba impersonal, ahora más porque me debo proteger y mucho más si la mujer es sospechosa. Se perdió el contacto, porque ¿qué barbijo ni que barbijo? cuando empieza a pujar…No puedo tocarla, no puedo ayudarla, es sólo mirarla y decirle hacé así o asá”, precisó a fin de dar cuenta de la complejidad del escenario: la vida misma que salpica, ensucia y se pega es transporte de la enfermedad y la muerte.

Nacer en pandemia no es igual, están prohibidas las visitas, sólo se permite un acompañante que además debe ser menor de 60 años y sin comorbilidades, lo que limita aún más la elección de la madre que desearía estar en contacto con sus afectos en ese momento”, sostuvieron Giselle Pérez, coordinadora de Maternidad y Ricardo Velasco Jefe de servicio Maternidad del hospital Provincial. Allí, de acuerdo a lo que informaron, desde la apertura del área covid a fines de mayo se internaron 70 pacientes embarazadas y puérperas de las cuales 32 de ellas presentaron la enfermedad.

Aisladas

El hospital Provincial es otro centro médico de referencia para los nacimientos de mamá covid. “Gracias a la colaboración del gran equipo de médicos, enfermeras, psicólogas, asistentes sociales y el apoyo incondicional del equipo directivo; pudimos armar la Maternidad Covid, un ala destinada exclusivamente con admisión, internación, sala de partos y quirófano para todos los casos sospechosos/ confirmados de Rosario y alrededores”, explicó Pérez.

Al igual que en Centenario como en el Provincial, la Maternidad Martin del ámbito municipal, procede a aislar a las mujeres que ingresan para tener sus bebés con síntomas compatibles con la enfermedad del coronavirus. Unos 300 nacimientos suceden por mes en el edificio de Moreno y San Luis, de los cuales apenas 5 fueron casos de mujeres con coronavirus. En diálogo con su directora, Marcela Abello, explicó que en cambio sí han tenido muchas mujeres que llegan a la instancia de parto con fiebre o bien, levantan temperatura tras el parto o la cesárea. A estas mujeres se las considera sospechosas de covid y por lo tanto, se activa un procedimiento especial para su atención: “Tenemos un triaje de ingreso por la cortada con personal de seguridad, enfermeras y administrativos que hacen preguntas, toman temperatura y si es elevada se da aviso al servicio de obstetricia. Sube con su acompañante por un determinado ascensor, el camillero que está vestido de una determinada manera, la lleva al sexto piso, se le toma una admisión por una guardia exclusiva para sospechosos. Entran una enfermera y un médico que hacen una entrevista, se buscan causas de la temperatura también vestidos de determinada forma”, detalló.

En este tipo de situación en que la mujer presenta síntomas compatibles de covid, se procede a una internación en una habitación de aislamiento; el mismo destino tienen las que ya se han convertido en mamás y estando con sus bebés recién nacidos, experimentan fiebre, tos o malestar corporal. El pre parto y el parto también se desarrollan en salas especiales.

“La mujer quiere saber su diagnóstico, se angustia y tratamos de hacer soporte con el equipo mental pero el aguante de la escucha la hace el médico, «mamá tenés que internarte, sos sospechosa de covid», le decimos. Afortunadamente, desde este fin de semana ya implementamos el test con resultado en 30 minutos, no tenemos que esperar 4 días de un hisopado”, remarcó.

Otra maternidad pública que atiende mamás covid es la del hospital Roque Sáenz Peña. Entre marzo y septiembre 905 mujeres tuvieron ahí a sus bebés (672 partos por vía vaginal y 230 por cesárea) y sólo unas 5 estaban contagiadas. Su director, Matías Vidal advirtió: “El Roque tiene algunas diferencias, como el parto respetado, por lo que cotejamos lo que dice la ley versus lo que el covid nos hace hacer. De pasar del guardia de seguridad y referente de enfermería se trata de sostener la misma referencia que hoy es con barbijo y máscara, eso separa un poco, la mujer usa barbijo que es incómodo pero ya ahora hacemos con acompañante, que ingresa todo vestido”, señaló y destacó: “Nos reformuló la naturalidad con la que trabajábamos”. Sin embargo, pudieron mantener la posibilidad de dar a luz en bañeras, un distintivo del efector municipal.

Vidal contó que en el marco del protocolo covid redujeron la cantidad de acompañantes, incluso para las mujeres que no tienen coronavirus. La máxima que se repite en todas las maternidades es minimizar la circulación de personas. En el Centenario, incluso, tampoco se habilitan acompañantes para las mujeres que no están contagiadas.

Después del nacimiento

La mujer sospechosa o contagiada de covid no siempre debe quedar internada. Desde la Maternidad Martin, Marcela Abello, confirmó que entre 24 y 48 horas después del nacimiento –si a mujer está en condiciones amamanta al bebé con cuidado–“organizamos cómo es la casa, con quién está viviendo, se organizan detalles para que esa mujer pueda volver a su casa. Nos comunicamos con el centro de salud para que la van a controlar en su casa”.

Dimónaco consideró que tras la experiencia del nacimiento y la estadía en el hospital, se pone peor: “Tenés que decirle a esa muer que se tiene que ir y aislar. ¿Pero dónde? «Mamá tenés covid» le decís y lo primero que hace es mirar al bebé y pensar en los otros hijos que tiene. A mí, parir en pandemia me resulta malo y por eso duele la conducta de la gente que no se cuida”, lamentó.

Desde el Provincial, coincidieron: “Las altas son complicadas también ya que a veces es difícil encontrar en los hogares las condiciones adecuadas para continuar el aislamiento por lo tanto se prolongan las internaciones y a veces requieren los centros de aislamiento”.

Astronautas

Dimónaco diferenció los cuidados que se toman en el hospital Centenario, de acuerdo a si la mujer gestante es covid positivo o negativo. “Si la mujer no tiene síntomas, nos cuidamos con un delantal impermeable, doble guante, doble bota, barbijo, máscara y gorro pero si la mamá es covid, el equipo es tipo astronauta. Así disfrazados la atendemos y siempre son los mismos, no hay rotación”, confirmó.

Vidal, del Roque, asumió que las cosas cambiaron gracias al trabajo sostenido de todos los trabajadores de la salud que debieron aprender cómo trabajar en pandemia. “Al principio, en marzo tuvimos muchos partos expulsivos, hoy la gente se relajó un poco y vienen con menos miedo, nosotros estamos más cancheros y más confiados”, expresó.

Sin embargo, la tensión hay que sostenerla a base de mucho esfuerzo que a 7 meses de pandemia se nota y mucho. “El stress, los días de aislamiento por algún síntoma o contacto, el miedo a contagiar a nuestros seres queridos, los resultados adversos en nuestros pacientes, pesan pero no bajamos los brazos y seguiremos dando respuesta garantizando la calidad de atención para nuestras pacientes”, concluyó Pérez.