Adalberto "Beto Riba" Ribadero volvió al ruedo. Y no por su ya cada vez más lejano costado musical, ni por Jorgito Juniors, el popular local de comidas rápidas de su familia. En su faceta de supuesto representante del Sindicato de Vendedores Ambulantes(Sivara), encabezó una demanda al municipio frente al predio de los juegos municipales Crear, en el Parque Independencia, y protagonizó una lamentable escaramuza con la secretaria de Control y Convivencia de la ciudad, Carolina Labayru, frente a decenas de niños. Todo en haras de que le fuera permitido el ingreso a un grupo de vendedores de choripanes y helados al encuentro deportivo y educativo.

El compartamiento del cantante gastronómico despertó fantasmas de fines de la década pasada, cuando arreciaron denuncias que lo señalaron como extorsionador de feriantes independientes. Una dueña de un carrito del Parque Independencia llegó a señalarlo como responsable de incendiarle el local dos veces y de dispararle al frente de la casa. Otra vendedora denunció que también fue blanco de las balas. E incluso trascendió una cámara oculta en el que exigía dinero (un canon) en nombre del sindicato a un grupo de emprendedoras de la feria Oh Yeah, habilitada por el municipio.

"El primer beneficio es no ir con el Ministerio de Trabajo y con la Afip. Te puedo asegurar que no lo hacés más porque la multa son 300 mil pesos. Si consensuamos todo no vas a tener problemas. Si no, caemos con los bombos a la puerta del hotel (donde se realizaría la feria)", fueron las palabras del titular del Sivara que, pese a las presentaciones, vale aclarar, nunca fue acusado formalmente.

El cantante, que pronto cumplirá cuatro décadas y que comenzó su carrera influenciado por el estilo de Leo Mattioli en un bar de Victoria, Entre Ríos, ya había tenido cruces con autoridades municipales, sobre todo del área de control, al menos desde 2014. Fue a raíz de una presentación musical que lo tuvo como cabeza de cartel en el Parque Yrigoyen, frente al local Jorgito, que dejó un tendal de residuos. Riba fue intimado por la municipalidad para que limpiara el predio. Pero redobló la apuesta al invitar al entonces secretario de control, Pablo Seghezzo, a que lo acompañe en la tarea.

En tanto, en 2017 Beto Riba se erigió como artífice de una feria “saladita” en Villa Gobernador Gálvez, proyecto que generó resistencias y terminó trunco.

En noviembre de 2021, horas después de que en un ataque –todavía no esclarecido– pistoleros balearan Jorgito Juniors frente al Parque Yrigoyen (minutos después de otro ataque a El Establo), Beto Riba no tuvo mejor idea que oficiar de una suerte de abogado de los Monos y declarar públicamente: “Soy amigo de los Cantero y no tienen nada que ver”.

Riba también apareció como víctima en una causa por extorsiones que tuvo en la mira al hampón René “Brujo” Ungaro, quien según una investigación del Ministerio Público de la Acusación (MPA) le mandó a balear un carrito de su propiedad en Filipini y Suipacha, en Villa Gobernador Gálvez. Según la evidencia fiscal, el Brujo, conocido por ser uno de los condenados por el homicidio de Roberto “Pimpi” Caminos apretó a Riba pidiéndole 50 mil pesos por semana: “Le pagás a los Cantero, ahora vas a tener que pagarme a mí”.