El primer lunes de abril comenzó a circular la nueva adquisición de la Universidad Nacional de Rosario. Se trata de un colectivo con capacidad para 46 pasajeros, que transporta a los docentes universitarios hasta Casilda. Después de 20 años, el servicio regresó y es conducido por dos mujeres.
Es oportuno recordar que, el 08 de agosto del 2021, Rosario3 publicó una nota en la que mencionaba el incumplimiento de una ordenanza municipal. Específicamente la N° 7981 que entre sus artículos menciona al “Programa Mujeres Choferes del Transporte Urbano de Pasajeros (TUP)” y detalla que el objetivo de la misma es propiciar la gradual incorporación de mujeres en el plantel de choferes pertenecientes a las líneas administradas por la Sociedad del Estado Municipal para el Transporte Urbano de Pasajeros (Semtur).
Para aquel entonces se entrevistó a tres conductoras (María, Georgina y Romina) que durante la pandemia quedaron sin trabajo. La nota finalizó así: “El próximo capítulo de esta historia será contado cuando las reincorporen” y por eso se retoma el tema.
Hoy, dos de ellas recorren la ciudad al volante, una encabeza las líneas pertenecientes a El Cacique, la otra a Semtur, mientras que Romina Elia se convirtió en una de las dos mujeres que conducen el transporte interurbano perteneciente a la UNR.
La espera valió la pena
Este viernes, con el sol de las 17.00 en punto, el colectivo blanco reluciente, con sus laterales ploteados en letra mayúscula y de color negro: “Facultad de ciencias veterinarias, Universidad Nacional de Rosario. Casilda”, ingresó a la plataforma cuatro de la Terminal de Ómnibus Mariano Moreno de Rosario. Desde lejos pudo verse la sonrisa de Romina conduciendo.
Si, ya se sabe que las mujeres pueden trabajar de lo que deseen por eso que estén conduciendo un colectivo no es una primicia, sin embargo lo que vale resaltar en esta historia es la pelea que debieron dar las rosarinas que anhelaban ser colectiveras para que el cupo de igualdad en el transporte comience a cumplirse, para que al fin las contraten. Paradójico que algo que se da por asentado cueste tanto.
Por eso Romina está tan feliz, porque la espera valió cada pena de estos casi tres años. Desde este lunes, su despertador suena a las 5 AM. Desayuna y 5.30 parte en busca del autobús que la UNR guarda en los galpones del Transporte Urbano de Rosario, ubicado en Provincias Unidas y Rueda.
A las 6.45 llega a la estación de ómnibus, carga a docentes y comienzan el viaje. El recorrido pactado tiene paradas intermedias, una es Avellaneda y Pellegrini y la siguiente en Pellegrini y Provincias Unidas. Luego Autopista para llegar a Casilda a las 8.15. El horario de regreso es las 15.30.
“Mientras los docentes dan clases, nosotras hacemos otras actividades. Por ejemplo conducimos las combis de la UNR y vamos trasladando alumnos o buscando cosas que nos piden”, cuenta Romina a este medio y habla en plural porque son dos las choferes, su compañera es Melina Bellis.
Ambas se inscribieron en 2019 al concurso que convocó el Área de Género de la UNR para cubrir estas vacantes de choferes desde la sede de Veterinarias en Casilda hasta la Terminal de Rosario. De todas las anotadas, un grupo fue seleccionado para realizar distintas pruebas psicológicas y físicas. Una vez superadas, Romina y Melina esperaron el llamado para saber si serían ellas las conductoras del tan necesario transporte de la UNR. Pero estalló la pandemia.
Otra vez en pausa, otra vez a la espera. “Con el corazón en la boca, viendo qué hacer”, recordó Romi, que además contó que recién en noviembre del 2021 se retomó la posibilidad de manejar el trasporte. “De nuevo anotarse, pasar todas las pruebas con las demás chicas, hasta que quedé y acá estamos”, confesó.
Tanto Romina con Melina cuentan con experiencia previa en manejo de colectivos, sin embargo esta posibilidad las llena de orgulloso y emoción ya que desde este lunes son parte de la historia de la UNR.
“El colectivo es un lujo”, dijo la chofer en la última parada de la semana y tiene razón. Con capacidad para 46 pasajeros, un pasillo amplió, asientos de tapizado negros con detalles azules que se reclinan y que aún están envueltos en el nylon de fábrica, puertos USB para cargar celulares, luces led en blanco y rojo y cortinas color gris.
Con respecto a cómo abonan el viaje, la colectivera contó que “se inscriben en la universidad y pagan un abono por transferencia, nosotras solo corroboramos que estén inscriptos”.
Las chicas trabajan de lunes a viernes y se van alternando un día cada una. Si bien las clases ya comenzaron, el colectivo aún no estuvo completo en su totalidad. Algo que irá cambiando con el correr de los días, al igual que las paradas actuales, que dependiendo la demanda podrían modificarse.
“Los docentes están re contentos”, contó Romina y no es para menos, con esta inversión de la casa de estudios pueden ahorrarse un dinero importante en el pasaje de ida y vuelta y viajan con otras comodidades.
Para cerrar y antes del bocinazo de despedida, la chofer compartió un mensaje: “Es importante que todos entiendan que nosotras podemos y queremos manejar, solo nos falta ser contratadas”.
En la lista pública de la municipalidad de Rosario se encuentran los datos de 114 mujeres inscriptas que todavía esperan y anhelan trabajar de lo que les gusta: conducir.



