La bajante del Paraná sigue tensionando el suministro de agua potable a Rosario y la región. Esto obligó a la empresa a montar bombas suplementarias pero también a avanzar en la concientización sobre el uso racional del agua. Junto con la secretaría de Control y Convivencia de la ciudad, comenzaron a inspeccionar edificios por la limpieza de veredas.

Se fiscalizaron más de 80 edificios sobre Oroño, Pellegrini, por toda la costa central y en el centro de la ciudad. Al momento nos encontramos con 26 edificios que no cumplian con la normativa vigente”, explicó la titular del área de Control y Convivencia, Carolina Labyru.

Con respecto a la ordenanza que regula el lavado de veredas, establece que sólo pueden realizarse con baldes o con mangueras pero que cuenten con un dispositivo de corte, para evitar así el desperdicio de agua potable.

Los consorcios de estos edificios que se encontraban en infracción fueron notificados debiendo adaptarse a las exigencias que establece la normativa. La mitad de los edificios ya se adaptó y seguimos monitoreando al resto”, añadió la funcionaria municipal.

Además, Labayru sostuvo que estos operativos de fiscalización continuarán vigentes en los próximos meses. “Entendemos que el servicio de agua potable debe ser acompañado por un consumo responsable y solidario por los vecinos de la ciudad”, concluyó.