En medio de la discusión por nocturnidad, los vecinos del centro rosarino advirtieron sobre un pedido para habilitar un salón de fiestas. Según detallaron, el principal problema es que el lugar se ubica a pocos metros de un local que está habilitado como bar pero que funciona como boliche y que genera molestias todos los fines de semana.
El lugar que solicitó la habilitación está ubicado en la esquina de Dorrego y San Juan, en la misma cuadra donde funciona el boliche denunciado por los vecinos. De hecho, entre uno y otro hay apenas dos edificios que podrían quedar afectados por los ruidos molestos que se generen en ambos locales.
“Nos quieren hacer vivir un infierno. Ya tenemos este boliche en la cuadra que en realidad es un bar con amenización musical, pero no tienen ni mesas y sillas. Funciona como un boliche. Todos los fines de semana tenemos problemas a partir de las 4 de la mañana con pibes que salen borrachos y se gritan, o se pegan o nos orinan las puertas de las casas”, relató a Rosario3 uno de los vecinos.
Sobre los problemas y los ruidos molestos que genera el boliche, el hombre remarcó que los dueños de los departamentos aledaños al local bailable optaron por ponerlos a la venta ante la imposibilidad de poder utilizarlos. "En total creo que son cuatro los departamentos del edificio que se pusieron a la venta", sostuvo.

“Ya nos cansamos de llamar al 147 y hacer denuncias pero no hay un control. Ahora quieren habilitar un salón de fiestas para 300 personas que podría funcionar todos los días. Imaginate cuando todas las noches tengan una despedida o fiesta, el quilombo va a ser todavía mayor”, agregó el hombre.
Ante esto, un grupo de vecinos presentó un pedido a la comisión de Gobierno del Concejo para que, al menos, se prorrogue por diez días el registro de oposición. De todos modos, remarcaron que la normativa está pensada para que la voluntad de los vecinos no sea escuchada.
“Vino gente de la municipalidad a censar y contabilizaron 400 timbres, entonces ahora nos piden que juntemos al menos 201 personas (no más de una por timbre) con la escritura de la casa o el contrato de alquiler y un impuesto a su nombre para que vayan hasta la Aduana un día laboral y durante la mañana”, detalló el mismo vecino.
En ese sentido, agregó también que los dos edificios que se ubican linderos al boliche y al nuevo salón que quiere ser habilitado, están intentando organizar una reunión de consorcio y pagar a un escribano para que certifique en el lugar todas las firmas de los ocupantes que se oponen al permiso de habilitación.
"Todo eso lleva tiempo y plata, la norma es muy injusta porque el que la solicita lo hace apretando un botón y nosotros tenemos que perder horas de trabajo para ir a oponernos. Debería ser al revés", lamentó.