La extendida bajante del río Paraná genera escenarios disruptivos en las costas del Gran Rosario y los humedales. El brazo del Paraná viejo, muy utilizado por navegantes y amantes del río para disfrutar de las islas, no solo se secó sino que fue invadido por corrales y boyeros para ganado.

Este jueves la altura del río en el puerto de Rosario estaba a -0,30 (0,05 menos que el miércoles). Un registro que tiene pocos antecedentes aunque el principal problema es la duración de la sequía que se arrastra desde el año pasado. El bienio sin lluvias en la cuenca (que incluye el sur de Brasil) es muy crítico para todo el humedal (incluso complica la toma de agua potable de Assa).

Esa realidad genera además cambios en la relación de quienes viven o producen en las islas. Joaquín, un kayaquista que recorrió el Paraná viejo, registró la presencia de corrales y boyeros para ganado que invaden el cauce, ahora convertido en arena en la mayoría del trayecto.

“En kayac dimos la vuelta a la isla que está en frente de Rosario. Fuimos por el Paraná principal y volvimos por el Paraná viejo”, contó el joven amante del humedal a Rosario3.

Boyeros y corrales sobre el Paraná viejo seco 2

Joaquín compartió videos de cómo “los isleños que tienen vacas han hecho corrales con hilos eléctricos o boyeros en el mismo canal que antes se navegaba”.

Según su narración, “cuando veníamos remontando parte remando y parte caminando, todo por lo que es el lecho del río, nos encontramos con un hilo de alambre de boyero que llevaba electricidad de una margen a la otra dónde habían armado unos corrales y había unas 40 vacas”.

Captura del video: las vacas detrás del boyero sobre el Paraná viejo. 

“Lo que era muy llamativo era que plantaron palos para pasar los hilos y cruzaron el río completamente y los corrales los armaron en pleno cauce. Ahí todo el que navega en lancha pasaba navegando meses atrás. Es muy loco eso y da mucha lástima ver el río así. Los animales contaminan el agua y hace que no quede nada vivo”, afirmó y señaló su preocupación porque se cortaron dos ciclos de reproducción de peces en riachos y lagunas.

Sobre los boyeros, observó que son “hilos de nailon y alambre que van conectados a una batería y un panel solar, estos transmiten una descarga eléctrica si los tocas, de esta manera se puede manejar el ganado sin necesidad de hacer todo un alambrado tradicional”. 

Entre costa y costa, arena donde había agua.

“Eso nunca lo había visto. Desde los 13 que recorro el río de acá hasta Victoria y nunca lo vi. La isla está lleno de ganado pero nunca había visto eso en ningún cauce y menos en el Paraná viejo”, agregó en su relato multimedia.