El que quizás sea el más letal francotirador del mundo llegó a Ucrania y prometió luchar contra los rusos como combatiente voluntario. Se trata de un "killer" canadiense entrenado, apodado "Wali", quien con un grupo de soldados ex Royal Régiment de Canadá arribó a Ucrania para pelear junto a ese ejército contra Rusia.
Su último contacto lo hizo en diálogo con La Presse al llegar en Polonia y se estima que ese temible cuadro militar, que ostenta el récord de la mayor muerte a distancia, ya está en el frente de batalla moviéndose a la caza de todo efectivo ruso que se cruza en la mira de su fusil, tras despedirse de su esposa y su bebé de un año, informó Clarín.
En su mochila hay una máscara de gas, un traje de camuflaje para francotiradores, unos binoculares y la campera que usó en Afganistán. El hombre de 40 años fue enviado dos veces a esa caldera asiática como francotirador de las Fuerzas Armadas de Canadá entre 2009 y 2011. Y hasta hace poco luchó contra el ISIS en Siria. Según informaron, se anotó la muerte confirmada a más larga distancia registrada hasta ahora: 3.540 metros.
Cuando el Gobierno de Ucrania anunció la creación de la Legión Internacional de Defensa Territorial Ucraniana, él no lo dudó.
“Hay varios grupos informales de exsoldados que han estado activos desde la semana pasada y están comenzando a responder a la llamada”, explicó "Wali" en diálogo con La Presse.
El experto tirador respondió así a la llamada que el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, hizo al mundo el sábado pasado: "Todos los extranjeros que deseen unirse a la resistencia contra los ocupantes rusos y proteger la seguridad internacional están invitados por el gobierno ucraniano a venir a nuestro territorio para unirse a las filas de nuestras fuerzas territoriales ".
El francotirador, conocido por ese apodo luego de convertirse en leyenda en Afganistán, dijo que fue contactado por un amigo el viernes que había estado organizando "convoyes neutrales" de ayuda humanitaria durante varios meses para llevar alimentos a la región ocupada de Donbas.
"Me dijo que necesitaban un francotirador. Es como que un bombero oiga sonar la sirena. Tenía que ir", dijo Wali. "Lo sé, es horrible, pero yo, en mi cabeza, cuando veo las imágenes de destrucción en Ucrania, es a mi hijo al que veo en peligro y sufriendo", indicó. "Voy allí por razones humanitarias", sintetizó.
Su esposa, que pidió que se mantuviera en secreto su identidad por razones de seguridad, dijo que le permitió ir a regañadientes. "Sabía que si no lo dejaba ir, lo habría destrozado. Sería como encarcelarlo", contó.
Tras sus experiencias en terrenos bélicos. "Wali" se convirtió en científico informático en Canadá. E incluso para un veterano de combate experimentado como él, la velocidad a la que ha cambiado su vida en los últimos días sigue siendo impactante."Hace una semana todavía estaba programando cosas en mi tierra, ahora estoy agarrando misiles antitanque en un almacén para matar a personas reales... Esa es mi realidad hoy", se sinceró.



