Lo que comenzó como una simple ayuda a su padre en el jardín en 1964, terminó convirtiéndose en una pasión de casi siete décadas. Dave Derby, un hombre de 90 años oriundo de Kislingbury, Reino Unido, es hoy una leyenda entre los entusiastas de la arqueología.
Según la historia publicada por BBC Mundo, todo se activó cuando su padre encontró una moneda del reinado de Jorge III mientras removían la tierra. Aquel pequeño objeto despertó en Dave una curiosidad que lo llevó a comprar su primer detector de metales y a no detenerse nunca más.
Uno de sus hitos más importantes ocurrió en 1996, cuando exploraba un campo en Whitehall Farm. Allí, entre fragmentos de cerámica y monedas antiguas, Dave descubrió los restos de una magnífica villa romana.
El complejo arqueológico databa de principios del siglo III y contaba con suelos de mosaico y termas. Este hallazgo dio lugar a un ambicioso proyecto de arqueología comunitaria que atrajo a expertos de todo el mundo durante años.
Un guerrero con la espada en la mano
Sin embargo, el descubrimiento más impactante de su carrera llegaría en 2003. En un campo llano, su detector emitió una señal potente que lo llevó a desenterrar algo que inicialmente confundió con chatarra.
Al limpiar la zona, Dave se dio cuenta de que estaba ante una espada y, para su sorpresa, un esqueleto que aún la empuñaba. "Llamé a mi hijo y le dije: 'Tienes que venir, encontré una espada y tiene una mano empuñándola'", recordó el protagonista en el relato de la BBC.
"Me siento como si fuéramos viajeros del tiempo modernos; cavamos agujeros en la tierra y descubrimos algo que no ha visto la luz en miles de años", asegura Peter, el hijo de Dave que ahora lo acompaña en sus expediciones.
Importancia nacional y legado histórico
Aquella tumba resultó ser parte de un cementerio anglosajón hasta entonces desconocido. Las excavaciones posteriores revelaron restos de soldados y familias que databan del colapso del Imperio Romano, un período clave para la historia británica.
Para los especialistas, el aporte de Derby es invaluable. Stephen Young, arqueólogo que trabajó con él, destacó que Dave representa lo mejor del aficionado entusiasta que colabora activamente con la ciencia para mejorar la comprensión del pasado.
La magia de encontrar objetos con alma
A sus 90 años, la motivación de Dave sigue siendo la misma: la conexión con las personas que vivieron siglos atrás. Más allá del valor material de los metales, le fascina preguntarse quiénes fueron los dueños originales de los objetos.
Entre sus tesoros favoritos figura un colgante de oro y piedras preciosas del siglo VII encontrado en 2019. Para él, cada pitido del detector es una nueva oportunidad de rescatar un fragmento de vida que el tiempo había decidido sepultar.
