Esta semana dará inicio el juicio por la peor tragedia que Rosario sufrió en su historia: la explosión seguida de derrumbe en Salta 2141, el 6 de agosto de 2013, donde 22 personas murieron, decenas resultaron heridas y hubo cientos de damnificados. El debate oral y público comenzará el miércoles en el Centro de Justicia Penal, con 11 acusados por estrago culposo agravado.

Las partes recibieron la notificación de la Oficina de Gestión Judicial (OGJ) en febrero pasado y las audiencias se desarrollarán por la mañana los lunes, miércoles y jueves, y por la tarde los martes. Los viernes no habrá audiencias a excepción del primero (viernes 10 de mayo), que sí se realizará.

El tribunal que juzgará a los acusados está integrado por Marcela Canavesio (presidenta), Rodolfo Zvala y Juan Carlos Leiva (vocales).

En la investigación fueron procesados –por ser una causa del viejo sistema procesal penal– los inspectores de la empresa Litoral Gas Gerardo Bolaños, Guillermo Oller y Luis Curaba; el jefe de esa sección, Claudio Tonucci, y la gerenta técnica Viviana Leegstra.

Además, están comprometidos el gasista Carlos García y su ayudante, Pablo Miño; el gasista que trabajó doce días antes de la tragedia, José Allala; y los tres integrantes de la administración del edificio siniestrado, Mariela Calvillo, Norma Bauer de Calvillo y Carlos Repupilli.

La familia de Débora Gianángelo, una de las 22 víctimas fatales, es la única querellante en la causa penal, ya que el resto de los familiares acordaron con la parte, muchos ante el temor de ser demandados por alguno de los imputados.

“Varias acciones de diferentes personas”

En estos meses previos al juicio, la fiscal a la causa, Graciela Argüelles, adelantó que pedirá “penas efectivas” y señaló que en la investigación “hay varias personas, varias acciones de diferentes personas que confluyeron en ese fatídico resultado que terminó con la muerte de 22 personas, más de 60 heridos y una cantidad tremenda de daños materiales”.

Y le llamó la atención que en todo este tiempo, Litoral Gas no hizo cambios sustanciales en sus procedimientos “y todavía carece de medios para poder cortar el gas de forma inmediata”.