El sábado anterior a un clásico, un cronista que al instante de formulada la pregunta ya está rodeado de personas. De fondo La Favorita, la zapatería Juvens, el cartel de Sutela, algunos cuellos de camisas que regresarían a la moda 40 años después, la vestimenta informal conviviendo con aquellos que todavía consideran que ir al centro merece ir de saco y corbata.

Sería uno de esos sábados donde tomar un clarete en Remember sería un rito, donde las licuadoras de Panambí se hacían oír, con un promedio de 2 a 3 disquerías por cuadra y posiblemente se escucharía “Muchacha, ojos de papel”, que es de aquel año, pero también Palito arrasaba con las ventas y estaba el sonido de Waldo de los Ríos y la cumbia con Los Wawancó o la banda vernácula Los Boyacá que era excelente.



En la puerta del cine Radar se anunciaría la proyección de “Z” de Costa Gravas y tal vez la bellísima historia de amor de Melody, con la música de los Bee Gees en la puerta del Palace, El Nilo y el Capitol con sus películas con fondo de bossa italiana, con esos títulos entre el suspenso y el erotismo. Seguramente, en los cines de los barrios Leonardo Favio, Argentinísima, Sandro bailando en alguna boite de Ramos Mejía con pantalón de lino beige contorsionandose frente a una modelo en minishorts.

El año 1970 es especial para el fútbol rosarino. Se hacen más frecuentes las codiciadas tapas en las revistas deportivas, y salen Solorzano, Obertti y Fenoy impecables en la tapa de Goles avisando que Newell's le está pisando los talones al puntero Independiente. Y cosas que solo quedan en la memoria fina de algún rosarino demasiado revisionista con el Chango Gramajo recomendando las ofertas de la Buena Vista o la gaseosa Nora.



Ese hermoso surtido de apellidos y apodos que integran la lista del Flaco Landucci, la trilogía Marco-Obberti-Bezerra, Hijitus Gómez, el Negro González, el Aldo, un muy jovencito Zanabria que venía de Unión, las letras DT en el saco de Don Angel. Y el aroma al maní tostado en la entrada de la cancha, el vocifero del vendedor de turcas. Y según el estadio, estarían los jingles de Proveeduría Deportiva, de Pinturerías Martín.

El tiempo trajo de todo: campeonatos, palomitas, zurdas, injusticias con los poderosos, trenes en Rosario Norte. Trajo al Tula, al Gordo Bombo, a la bocina que sonaba cuando Newell´s atacaba, al abrazo sudoroso y triunfante de Ramoncito Bóveda con el Pato Cólman, a las inigualables corridas de Cucurucho Santamaría.

Vean el nuevo capítulo de Captura de Pantalla, por El Tres. Es solo un cronista en calle Córdoba y Sarmiento rodeado de personas y la pregunta que nos hacemos desde hace tantos años: ¿quién gana el próximo Central-Newell's? 

De fondo en esa nota de 1970 está La Favorita, casualmente otro partido que nos toca jugar a los rosarinos 50 años después.