El 10 de enero de 2011 fallecía la poeta, novelista, cantante y compositora María Elena Walsh. Más allá de estos créditos –a los que hay que sumar los de guionista de teatro, cine y televisión–, Walsh fue (y es) es una figura esencial de la cultura argentina.
María Elena nació en Buenos Aires, en 1930, y a los quince años comenzó a publicar sus primeros poemas en distintos medios. Para 1947, apareció su primer libro: Otoño imperdonable.
En 1952 viajó a Europa donde integró el dúo Leda y María, con la folclorista Leda Valladares, grabando discos en París.
Desde 1960, ya en la Argentina, escribió programas de televisión para chicos y para grandes, y realizó el largometraje Juguemos en el mundo, dirigido por María Herminia Avellaneda.
De los guiones y obras que escribió, surgieron algunos de sus libros infantiles, siempre recordados. En 2015, la editorial Sudamericana lanzó El reino del revés, Dailan Kifki, Zoo loco y Tutú Maramba, con los dibujos de Pedro Vilar.
El libro Murrungato del zapato está protagonizado por personajes más entrañables de Walsh. La publicación especial está pensada para los primeros lectores (hasta 7 años). En la misma colección de Alfaguara, también se editaron El paquete de osofete y Perro salchicha.
En tren de recordarla, la citada editorial publicó en 2012 María Elena Walsh en la casa de Doña Disparate. El libro incluye el epistolario inédito entre Walsh y Victoria Ocampo.
El recorrido tiene otro hito fundamental en las colaboraciones de la primera en la mítica revista Sur. Allí escribió sobre la condición femenina, traza un emocionado retrato de Juan Ramón Jiménez o defiende, sin concesiones el folklore como creación colectiva.
A la lista de lecturas sugeridas también se suma Nací para ser breve, de Gabriela Massuh.
Editado por Sudamericana, el libro es una peculiar biografía de Walsh. En él, la autora transcribe la intimidad de los encuentros que ambas mantuvieron durante los seis meses que duró la quimioterapia de María Elena.
Cruza de memorias, entrevista y testimonio, el arte, el registro hilvana distintos tópicos: la búsqueda existencial, el mundo intelectual porteño, la Historia, la juventud, entre otros ejes. Todos enlazados amorosamente.
