Frida Kahlo fue una de las artistas más influyentes del siglo XX. Tras su muerte, la mexicana se convirtió en un ícono del movimiento de mujeres y del arte en general. Por eso, el Museo de la Moda de París homenajea a la creadora, que usaban la ropa como herramienta para definir su identidad. 

“Frida Kahlo, más allá de los clichés”, abierta al público del 15 de septiembre al 31 de diciembre, exhibe más de 200 objetos procedentes de la colección personal de la artista, descubierta en La Casa Azul en 2004. Y, como centro neurálgico de la Historia de la Moda, el llamado Palais Galliera profundiza por primera vez en sus relaciones con la ropa.

La importancia de la prenda para construirnos, para expresarnos, es absolutamente relevante y pertinente, y son mensajes que queremos transmitir aquí, como el impacto de esta mujer extraordinaria, que se ha convertido en un icono de moda”, destaca en la presentación de la exposición la directora del Galliera, Miren Arzalluz.

Los accesorios de Frida en el Museo de la moda en París. (Foto: EFE)

Comisariada por la mexicana Circe Henestrosa, directora de la escuela de moda Lasalle College of Arts de Singapur, la muestra defiende a través de prendas, cartas, accesorios, medicamentos e incluso prótesis médicas que Kahlo no fue únicamente una víctima de la enfermedad y la tragedia, como la dibujaban los primeros grandes estudios sobre ella en los años 1980.

“Sí sufrió, mucho. No vamos a negarlo. Pero vivió una vida intensa y plena y no dejó que sus discapacidades la definieran. Ella se definió a sí misma poniendo su cuerpo al servicio del arte y expresando el sufrimiento de forma creativa”, señala Henestrosa.

Museo de la moda en París. (Foto: EFE)

Para la curadora, la apariencia de Kahlo fue su forma de manifestar sus preocupaciones políticas e identitarias, un ejemplo que puede ser un motor de creación e inspiración para las nuevas generaciones que hoy se acerquen a su obra.

La exposición es una adaptación de las colecciones del Museo Frida Kahlo que ya han pasado por grandes ciudades como San Francisco o Londres, pero es la primera que presta tanta atención a la moda como objeto de construcción personal y a su paso por Europa y su contacto con los surrealistas en Francia.