Casi como un “permiso” digital, un mensaje avisa que la entrevistada “está esperando”. “¿Te molesta si desayuno mientras charlamos?”, interroga. A la pregunta de qué hay en la mesa, Fabiana Cantilo responde: “Todo muy sano”.

El altavoz del teléfono amplifica (algo así como) una taza que se acomoda sobre una mesa (o una bandeja). El sol cae perpendicular en Rosario. Y también en Buenos Aires.

“Hay veces que me dejo dormir. Me tendría que levantar antes, pero como soy mi propia jefa”, explica la voz que acreditan los sobres internos de varios discos del rock argentino.

—El colegio terminó. Pero parece que…
—Es que nunca termina la reeducación, lamento decirte. Porque vienen otras vidas después. Entonces, una siempre tiene que estar progresando.

En donde yo estoy, contamos el tiempo porque todo es sólo por hoy"

–¿Y cuánto de la curiosidad orienta esa constante reeducación?
—Mucho. De chiquita siempre preguntaba todo. Creo que soy una índigo adelantada. Me parece que...¿Qué día es hoy? Cumplo seis años, seis meses y un día en recuperación. En donde yo estoy, contamos el tiempo así porque todo es sólo por hoy. Soy curiosa también a partir de que estoy limpia y sola. Y soy lo suficientemente inteligente para hacer caso.

A las intermitencias del “café con leche” y los bocados “sanos” se sumarán en los siguientes 40 minutos un médico que llama "por una operación en el hombro”, un par de mensajes a su representante y la presentación de Lidia, “la mujer que nos ayuda en casa”.

En la entrevista con Rosario3.com, Fabiana Cantilo se referirá varias veces a su condición de adicta en recuperación. Y lo hará mientras teje una historia de vida ligada a los grupos a los que asiste desde hace 18 años y a sus terapias y terapeutas; una trama en la que hay puntadas de amor, rock, música y machismo, con el tiempo como constante.


“Pude parar de sacarme tiempo para dárselo a una sustancia «x» los fines de semana. Me sacaban tiempo. Eso y los hombres. Entonces, siento que volví a los 17, como la canción”, afirma.

Las mañanas son difíciles, ¿viste?. Te preguntás «¿Por qué era todo?» Pero ya sé que eso se pasa"

Una breve biografía. Nació el 3 de marzo de 1959. Comenzó a estudiar guitarra de niña. Terminado el secundario, viajó a Estados Unidos para crosar Bellas Artes. Volvió a los dos meses. Convocada por Miguel Zavaleta (Suéter), llegarían los futuros encuentros con Daniel Melingo, Andrés Calamaro, las Bay Biscuits, Pipo Cipolatti, Charly García, Fito Páez y Luis Alberto Spinetta, entre otros créditos.

Editó doce discos de estudio, entre Detectives (1985) y Superamor (2015). A la espera de la salida del Cuna de piedra (el próximo álbum), el último registro de Cantilo en formato físico y plataformas digitales es Proyecto 33.

—Hablás de tu recuperación abiertamente. Y la sensación es que evitás lamerte las heridas
—Las adicciones son...hay millones de personas a las que les pasa lo mismo, pero no las dicen ni las blanquean, y vos sos adicto cuando no podés parar. La peor sustancia es la blanca (cocaína, no la nombra). Uno toma cosas para parar el dolor pero el dolor no se va... Las mañanas son difíciles, ¿viste?. Te preguntás «¿Por qué era todo?» Pero ya sé que eso se pasa. A lo mejor, por eso me gusta dormir. Pero después, arranco. Escribo. Tengo un dúo hermoso con Mariana Pellegrino. Y tengo una vida hermosa, a pesar de que soy muy perfeccionista, tanto que a veces me olvido de mis logros. Curiosa, sí. Mi terapeuta me dice que no venimos a esta vida a ser felices. Y sí, yo digo “pará con la Familia Ingalls! (risas).

El machismo no estaba en los músicos, estaba en algunos periodistas"

—Hace un momento (antes de que tuviera que explicarle al traumatólogo/cirujano que estaba en una entrevista) dijiste “mi trabajo es en un ambiente en el que está todo permitido, nadie te cuida”. ¿Cómo es eso?
—Es que vas a cualquier recital, pedís cualquier cosa y te la dan. No estás en una oficina, en un banco o en una farmacia... estás en el meollo de “está todo bien”. Al principio, te pensás que podés y después, te la das. Y cuando te la das, y acá sigo con lo anterior, te la das con un novio. Porque ¿cuál es uno de los principales factores de recaída cuando sos adicto? Una relación.

Camarín del Teatro Santa María. . - 1981-. �� @celsamelgowland + @hil_lizarazu y yo

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—El rock, como cualquier otra expresión cultural, tiene su cuota de machismo
El machismo no estaba en los músicos, estaba en algunos periodistas. Mi machismo, estuvo ahí. Ahora me doy cuenta porque, en ese momento, yo sufría. Era chiquita y no entendía nada. En los '80 se empezaron a formar. Y en los '90 aparecieron algo así como «los periodistas cancheros», copiando a Pipo Cipolatti. Así te lo digo. Yo los vi nacer y de golpe eran todos malos y cancheros. Ellos se anteponían al artista. Se entiende, ¿no?

Empecé a los seis con la guitarra. Ya hablaba, cantaba, bailaba. Todo. Parece que era una niña muy curiosa"

—Y ahora, ¿cómo te sentís?
Siento que puedo tocar cualquier cosa mientras mi voz esté bien y haya una guitarra. Y la guitarra de Marian Pellegrino (la acompaña en el recital de Rosario) ¡Es una bestia! Hacemos canciones de Cuna de piedra, que es un disco en el que hago todo yo. Hay folclore, hay tango. En realidad, pensé en un dúo con ella primero porque quería ingresar al mundo del folclore. Después hicimos más.

—Fuiste parte de las Bay Biscuit, cantaste con Miguel Zavaleta, Los Twist, Charly García, Luis Alberto Spinetta. ¿Qué primeros recuerdos tenés con la música?
—¡Éramos unos niños que jodían! Empecé a los seis con la guitarra. Ya hablaba, cantaba, bailaba. Todo. Parece que era una niña muy curiosa (risas). Y a los siete, canté un tema de (Astor) Piazzolla. Y él y Amelita Baltar me vinieron a ver al colegio (Instituto Bayard). Estoy muy orgullosa de esa anécdota. ¡Ya la conté un montó de veces! Igual, el otro día me la encontré a Amelita y ella no se acordaba (más risas). A ver, no estoy pensando que soy famosa, no estoy en el personaje todo el tiempo, hacer eso no esta bueno. Y esto lo quiero decir porque es importante: hay que abolir el ego.

Instagram/fabitacontenta


—¿Qué tema ajeno te hubiera gustado escribir?
—Amo “Saturno”, de Stevie Wonder. Escribí “Júpiter”, el tema que está en De qué se ríen, pensando en esa canción.Y aprovecho para decirle a la gente que escuche ese disco que tiene una clave maravillosa, justo ahora que lo perdimos a Ulises Butrón (Nota: el guitarrista produjo y tocó en el disco y falleción el último). Así que yo ahí tengo como una especie de joya, además de que es un disco maravilloso. Fue un quiebre para mí porque me hicieron pelota los periodistas. Fue el disco que tuve con todos mis temas por primera vez.

Con localidades agotadas, Fabiana Cantilo y Mariana Pellegrino se presentan este sábado a las 21.30 en el teatro de Plataforma Lavardén, Sarmiento y Mendoza.