Sin sufrimiento, no vale. Todo fluía y se encaminaba hacia una cómoda y muy merecida victoria por 2 a 0 hasta que un rebote en Enzo Fernández descolocó a Dibu Martínez y el partido entró en zona de riesgo. Fueron un puñado de minutos, pero parecieron media hora. Argentina retomó el control y tal cual marcaba la lógica le ganó a Australia y se metió en los cuartos de final. Antes de eso hubo un último minuto intenso que terminó con una gran atajada que quizás quede como la gran imagen del partido. Esa tapada de Dibu y un cierre anterior de Lisandro Martínez tuvieron el valor de dos goles. Los mismos que se negaron en el arco de enfrente.

¿Por qué empezar con una crónica la clasificación a los cuartos de final de la Copa del Mundo? Porque en la victoria es más fácil corregir errores. Y Argentina, que mereció ganar por más, no había pateado al arco hasta el gol de Messi, pasada la media hora del primer tiempo.

Al equipo de Scaloni lo complican los equipos que esperan, pasó, hasta aquí, en todo el Mundial. 

Ahora, instalado en el grupo de los 8 mejores, es de esperar que los rivales, de jerarquías similares, salgan a jugar de otra manera y se expongan un poco más.

Paso a paso. Países Bajos será el rival el viernes de la semana que viene.

Habrá más margen para descansar, el escaso tiempo entre el cierre de la fase de grupos y los octavos fue ridículo y quizás haya tenido influencia en un partido muy físico.

La ilusión crece de manera exponencial. Con Messi en estado de gracia, tres o cuatro futbolistas en gran nivel, un arquero que aparece en las más difíciles y un técnico permanentemente atento para modificar esquema, posiciones o nombres en el momento que corresponda es imposible no creer que esta vez puede suceder.

Ya son muchos los sinsabores en las Copas del Mundo como para pensar que ya fue suficiente.

Al fin y al cabo quizás sea cierto que Diego hace su parte desde donde esté. ¿O fue Dibu solo el que sacó la última?

Argentina no debió sufrir, no lo mereció, pero pasó. Esos son los retoques que habrá que hacer para que el equipo sea más confiable todavía.

En la victoria es más fácil, sólo faltan tres. Perdón, paso a paso.