En el debut de Rusia 2018, Lionel Messi erró un penal a los 18 minutos del segundo tiempo que podría haberle dado la victoria a Argentina frente a Islandia, en un duelo que terminó 1-1. El fantasma de esa tarde en Moscú, el primer tropezón de un Mundial sufrido y del que la selección se despidió muy rápido, sobrevoló la noche de Doha después de la atajada del arquero Szczęsny al capitán en la primera parte, pero esta vez, a diferencia del nudo que desató Leo ante México, fue el equipo el que salió al rescate del 10 frente a una pobrísima Polonia.

El equipo salió fortalecido después de errar el penal. El equipo estaba convencido, después de hacer el primero el partido si iba a jugar más que nunca como queríamos nosotros”, deslizó el rosarino tras la victoria de este miércoles ante Polonia que los llevó a octavos de final en Qatar. 

La declaración de Messi tuvo su correlato dentro de la cancha. Argentina redondeó una actuación sólida, convincente, con muy pocas -o ninguna- fisuras. Volvió el campeón de América, el de los pases al pie y el juego posicional, pero también el de los desmarques, el toque al vacío y los mediocampistas que llegan. 

Messi aparece o desaparece, puede aparecer o desaparecer. Lo que no se esfumó fue el juego colectivo del equipo. Que no se malinterprete: el partido de Leo ante Polonia fue muy bueno, especialmente después del gol que liberó tensiones. No obstante, que el equipo no haya necesitado de su gol, que haya sido Alexis Mac Allister -como podrían haber sido otros- quien logró vencer al lungo polaco bajo los tres palos, le da a la selección la llave para abrir otras puertas. 

Que el nudo lo pueda desatar otro. Y este plantel, después de que Arabia lo haya ubicado con dos cachetazos y del partido que Leo abrió ante México, dio un paso más allá contra Polonia.

La lectura previa de Scaloni y su cuerpo técnico -que quizás también fue acertada en los partidos anteriores, aunque en el debut perdió- y la elección de los futbolistas para este juego son otro aspecto a destacar.

Se tejerán hipótesis acerca de si el DT decidió incluir a Alexis, Enzo Fernández y Julián Álvarez por el rival de turno o, en realidad, por su gran presente inmediato antes de la Copa del Mundo, dos de ellos en una liga top como la Premier y el ex volante de River y Defensa con rendimientos altísimos en Benfica. Quizás el armado para jugar ante Australia ayude a despejar las dudas.

Por lo pronto, en este Mundial que empezó antes para Argentina porque perdió el primer partido y debió afrontar finales desde México en adelante, que el equipo haya recuperado la esencia del campeón de América que forjó su identidad y que haya respaldo en el campo para Messi, siendo siempre determinante pero sin la carga de ser siempre el héroe, son dos razones que alimentar el sueño qatarí.