Después de los festejos rosarinos tras la obtención de la tercera Copa del Mundo hubo varias personas que tuvieron que ser asistidas en distintos hospitales por heridas. En algunos casos fueron por hechos de inseguridad o violencia, y en otros, por accidentes ocurridos en el marco de la celebración por el campeonato.

Dos hombres fueron trasladados desde el Monumento Nacional a la Bandera por haber caído de altura durante el festejo. Uno es un hombre de 41 años, que entró al Heca con politraumatismos después de haberse precipitado desde una estatua. El otro, de 63 años, fue al mismo centro de salud con una lesión en la pierna izquierda por idéntico motivo.

En inmediaciones al predio del Monumento también hubo al menos dos violentos ataques. Uno tuvo como víctima a un hombre que fue apuñalado durante una riña, y otro, de 28 años, sufrió un traumatismo de cráneo tras un botellazo y fue trasladado al HPR.

En San Luis al 1000, a pocas cuadras, un hombre de 34 años fue atacado a golpes e ingresó al Heca con traumatismo de cráneo con pérdida de conocimiento recuperada y una herida cortante en el cuero cabelludo.

Al Heca también fue una mujer de 90 años desde Cullen al 1000 bis que sufrió una herida de arma de fuego en el cráneo por roce. Aparentemente, se trató de una "bala perdida" en medio de los festejos en barrio Empalme Graneros.

Por otra parte, en la zona sudoeste de Rosario, en Avellaneda y Doctor Riva, un joven de 20 años recibió una paliza en el marco de una discusión. Un vehículo particular lo llevó hasta el Heca, donde lo atendieron por traumatismo de cráneo y facial.

En Alsina y Cerrito, un motociclista de 43 años resultó lesionado en su pierna derecha al caer del vehículo al resistirse a un intento de robo

En Riobamba y las vías del ferrocarril, en la zona oeste, un joven de 30 años fue apuñalado en el costado izquierdo del tórax y sus familiares lo transportaron hasta el Heca en pedido de asistencia.

En la zona norte, en Sabín y Gorriti, otro muchacho de 30 años fue baleado en la espalda y fue llevado hasta el Hospital Centenario y la mecánica de la agresión no estaba clara.