El Observatorio Político Electoral de la Universidad Nacional de Rosario (OPE-UNR), siguió de cerca la aplicación en Rosario de Smartmatic, el nuevo sistema de escrutinio provisorio para las elecciones nacionales de agosto y octubre (y para el eventual balotaje), fuertemente criticado por la oposición antes y después de los comicios, cuyos resultados se conocieron más tarde de lo anunciado.

Desde el OPE apuntaron al desconocimiento y la falta de capacitación de quienes tenían que manipular el sistema. Señalaron algunas fallas técnicas de aplicación que obligaron a recurrir al método tradicional, apuntaron a la falta de transparencia y privatización del proceso al no haber hecho público el software ni haber involucrado a otros actores de la sociedad, y concluyeron que fue “osado” aplicarlo a gran escala sin una prueba piloto primero. Con todo, destacaron que la evaluación fue mayormente positiva.

El 38,5% de los observadores evaluó el funcionamiento del nuevo sistema como «Muy Bueno», el 26,9% como «Bueno», el 15,4% como «Muy Malo» y el 19,2% no respondió ya sea por imposibilidad de ver el procedimiento o porque no se instrumentó en la escuela observada”, detalló el OPE en su informe, al que tuvo acceso Rosario3.

A diferencia de las elecciones pasadas, por primera vez en estas Primarias nacionales, se implementó un nuevo sistema de escaneo y transmisión de telegramas desde las escuelas a través de netbooks conectadas a módems 3G/4G y una impresora multifunción. Antes, un camión del Correo buscaba todos los telegramas y los llevaba a las Sucursales Electorales Digitalizadas (SED), para hacer ese mismo trabajo pero en otro lugar.

Según pudo comprobar el OPE, casi todas las escuelas recibieron la caja del Correo Argentino con el kit completo de impresora y netbook. Algunas lo recibieron el día anterior, otras la mañana del domingo, y algunas ese mismo domingo antes del cierre de los comicios.

Los mayores problemas, señalaron, surgieron a la hora de manipular el sistema: “Nos llamó la atención el desconocimiento e incertidumbre que reinaba entre los delegados (responsables de los locales de votación) sobre este sistema. Por un lado, porque, como ellos mismos relataban, en las elecciones provinciales santafesinas fueron quienes estuvieron a cargo de esta etapa de escaneo y envío, y para ello habían recibido capacitaciones antes de cada elección. En esta oportunidad no se capacitó a los delegados específicamente para operar o conocer el sistema, de hecho, asistieron a la misma capacitación que las autoridades de mesa, donde nada se explicó sobre el sistema de transmisión de telegramas”.

También se registraron fallas en las primeras pruebas del sistema. En algunos casos no funcionaron, y en otros, directamente, las pruebas no se llevaron a cabo. Y en algunos locales directamente no se logró hacer funcionar el sistema y debió recurrirse al método tradicional. “Por el contrario, donde funcionó, el sistema fue rápido y bastante sencillo de operativizar”, rescataron.

Para el OPE, entonces, “fue osado implementar el sistema a nivel nacional para más de 10 mil locales” sin cursar pruebas piloto para evaluar la eficacia, seguridad y confianza en el sistema.

También señalaron que el proceso habría sido “más transparente” si se hubiese usado o diseñado un software de código fuente público, para que cualquier ciudadano o partido pueda auditarlo. Y cuestionaron el uso de un servicio privado cuando el Estado Nacional podría haberlo hecho a través de sus Universidades Nacionales y organismos de CyT, como de los operadores para realizar la carga de datos.

“Lo que más nos llamó la atención fue, justamente, esta privatización de una etapa del proceso, donde Autoridades de Mesa y Delegados quedan fuera de juego y el telegrama pasa a manos de un agente privado, que utiliza software privado”, alertaron.