En ete sentido tenemos los alimentos naturales frescos, que son los que se obtienen directamente de las plantas o de los animales, y que no sufren ninguna alteración, tras ser extraídos de su lugar natural; por ejemplo, frutas y verduras frescas, los jugos naturales de frutas, el agua, las frutas secas; la carne cuando la compramos en una carnicería.

Los llamados alimentos mínimamente procesados, son los que sufren un mínimo procesamiento; ejemplo no comemos el trigo del grano de la planta, sino un derivado: la harina obtenida de procesar sus granos.

Los alimentos procesados son los que pasan a través de distintos procedimientos de extracción y purificación, en los cuales entra en juego la tecnología de la industria alimentaria; incluimos en este sector a los alimentos enlatados, como choclos, lentejas, porotos; las conservas, los duraznos, el atún; los quesos y yogures, los aceites. Todos ellos además llevan aditivos, dentro de los cuales están los conservantes que se usan para extenderles su vida útil. Entro otros se les agrega sodio, el que está, sobre todo presente, entre los alimentos ultraprocesados que son los que se obtienen a partir de combinaciones que incluyen alimentos procesados y que no contienen ningún alimento natural. Este es el dato importante. En este grupo situamos a las gaseosas y aguas saborisadas, los cereales para el desayuno, las bebidas energizantes; los aderezos como las mayonesas, kétchup, mostazas, las leches chocolatadas. Este tipo de alimentos ha ganado terreno desde hace veinte años porque se dedica menos tiempo a la compra de las vituallas y cocinar comidas caseras ya que los integrantes de la familia están mucho tiempo fuera de sus casas trabajando. La industria alimentaria ha sido muy hábil para crear este tipo de alimentos que, por estar en un paquete, facilita su consumo; un ejemplo es el puré de papas”, expresaba la licenciada en Nutrición, Verónica Franceschini; a quién le preguntábamos.

¿Qué estrategia podemos emplear frente a este avance?

Consumir más porciones de alimentos naturales; o sustituirlos por los mínimamente procesados, y reducir el consumo de los ultraprocesados, entre los que están los snacks a los cuales son propensos los chicos. Éstos contienen altas cantidades de aditivos, como sodio y azúcares y grasas saturadas y las calorías que aportan a nuestras dietas diarias.

¿Es obligación legal que los envases de los alimentos lleven con letra legible todos los aditivos y complementos que contengan?

Sí; además, estamos trabajando junto a los legisladores de la Cámara de Diputados de la Nación en un proyecto de ley en el cual uno de los ejes que se contempla, es el llamado “etiquetado frontal de advertencia”, mediante el cual, se incluyen octágonos y sellos de color negro que llevan la siguiente frase: “exceso en”, y seguidamente el producto o sustancia al que se señala. Se trata de una información crucial, formulada con claridad y sencillez, de fácil lectura e interpretación, lo que le permitirá al consumidor elegir el producto de acuerdo a su valor saludable.

Tenemos que mencionar acá “los nutrientes críticos”; ellos son: sodio (sal), azúcares, grasas totales o grasas saturadas y calorías. Estos nutrientes más las calorías que el producto provee, se deben declarar de manera sencilla, incluso para las personas que no saben leer puedan comprender y tomar su decisión.

En ningún caso estamos hablando de prohibir el consumo de tal o cual producto o aditivo o complemento; nuestro interés es llegar al consumidor para que éste cuente con una herramienta clara que le permita decidir el alimento más saludable.

¿Existen datos sobre el modo en que impactan estos nutrientes críticos y el exceso de calorías, en la salud de la población?

Todos los profesionales que integramos el equipo de salud, manejamos información científica sobre, por ejemplo, en el incremento de las enfermedades crónicas no trasmisibles, en nuestro país viene creciendo de manera exponencial; para que nos formemos una idea exacta, por día hay 640 decesos diarios de personas a causa de las enfermedades crónicas no trasmisibles: hipertensión arterial, diabetes, sobrepeso y obesidad, distintos tipos de cánceres. Lo alarmante es que cada vez más detectamos estas patologías en personas jóvenes y en niños. Uno de los factores desencadenantes es el incremento del consumo de las sustancias citadas más arriba, sobre todo los alimentos ultraprocesados.

Hábitos alimenticios no saludables más la publicidad muy agresiva de las empresas alimentarias que dirigen sus mensajes publicitarios a niños y niñas y adolescentes, a quienes estimulan con muchas argucias a consumir esas sustancias alimenticias ultraprocesadas, incitan al consumo y jaquean a padres desprevenidos. Por esto, justamente, la importancia que adjudicamos a la sanción de esta ley.

*Licenciada Verónica Franceschini, presidente del Colegio de Licenciados en Nutrición de la provincia de Santa Fe, 2da Circunscripción. Matrícula es 609/02