La litiasis renal se caracteriza por la aparición en los cálices renales o en la vía urinaria de cálculos (llamados también litos) que pueden o no provocar la aparición de un dolor agudo de inicio súbito, lo que conocemos como Cólico renal o solo caracterizarse como hallazgo crónico sin presentar sintomatología especifica. En forma general podemos decir que el tratamiento no se fundamenta solo en medidas dietarias o farmacológicas, sino también en tratamientos invasivos como quirúrgicos.

Podríamos comenzar diciendo que la litiasis renal es el resultado de una alteración en el balance de sustancias promovedoras e inhibidoras de la formación de los cálculos o un trastorno del Ph urinario (acidez o alcalinidad de la orina). La mayor parte de los pacientes presentan algún trastorno en la absorción, metabolismo o excreción de los componentes que observamos en los cálculos.

Publicaciones actuales nos indican que el 60% de los pacientes que han tenido un cálculo o cólico renal tendrán otro antes de 10 años, el 35% antes de 5 años y el 15% antes de 1 año del primer episodio.

Debemos destacar que las formas de presentación clínica de la litiasis renal son variables dependiendo del tamaño, localización y composición de los cálculos en el aparato urinario. Algunos pueden ser asintomáticos o poco sintomáticos.

 

¿Qué es un cólico renal?

 

El cólico renal, también llamado cólico nefrítico, se caracteriza por un dolor muy intenso, que se produce cuando existe obstrucción de la salida de orina del riñón, generalmente aparece en la zona lumbar (del lado de la presencia de la litiasis) y se irradia hacia el abdomen anterior, hacia la ingle o en dirección o reflejado a los genitales. Es un dolor continuo con intermitencias, inquietante, que puede asociarse a náuseas, vómitos y sudoración. Puede llegar a dar fiebre. En ocasiones puede producirse hematuria (aparición de sangre en la orina desde microscópica a franca o macroscópica, en este caso visible a simple vista). Esta presentación de debe a las lesiones que produce el cálculo en su paso por la vía urinaria. Además, los cálculos renales pueden ser causa o consecuencia de infecciones frecuentes de la orina.

Por eso los síntomas más habituales son: dolor, hematuria o infecciones de la orina.

 

 ¿Existe diferencia entre sexos y edad para padecer de un cálculo?

 

Podríamos decir que la litiasis renoureteral (cálculos en riñón y uréteres)  ocupa el tercer lugar como afección más frecuente del aparato urinario. Aunque no existe ninguna edad, país o grupo étnico protegido contra esta común enfermedad, el pico de incidencia se sitúa entre los 40 y 50 años, en los meses de calor (verano) y en personas con profesiones con actividad física intensa, que viven en ambientes húmedos o expuestas a temperaturas elevadas. También podríamos decir que, en un promedio de vida de 70 años, se calculan en un 15% la probabilidad de desarrollar un cálculo durante la vida (5% en mujeres y 12% en hombres). Además, los hombres suelen tenerlos en forma más sintomática. Otra pregunta es sobre la herencia, habiendo una asociación en algunos casos, pero nunca debemos olvidar los numerosos factores extrínsecos, alimenticios y ambientales que están implicados.

 

¿Podríamos nombrar cuales son las causas?

 

En los últimos años, se han realizado sustanciales progresos en el conocimiento de los mecanismos fisiopatológicos responsables de la enfermedad litiásica, con lo que se han podido desarrollar programas eficaces y racionales, tanto para su tratamiento como para la prevención de la recurrencia. El conocimiento actual nos permitiría realizar recomendaciones que pueden cambiar la serie de acontecimientos que acaban en la formación de cálculos, cambiando algunos factores ambientales, como la dieta (hábitos alimentarios) de los pacientes, a quienes se pueden indicar normas comprensivas para cada tipo específico de trastorno litiásico. La   mayor parte de los pacientes tienen algún trastorno en la absorción, metabolismo o excreción de los componentes de los cálculos (calcio, oxalato, ácido úrico), de los inhibidores de la formación de cálculos (citrato y magnesio) o alteraciones del pH de la orina.

 

¿Cómo se pueden diagnosticar?

 

El diagnóstico principalmente se realiza por los síntomas clínicos y el análisis de la orina. La situación, tamaño y repercusión del cálculo se valoran con métodos de imagen: ecografía, radiografía simple de abdomen (llamada radiografía directa reno-vesical), también puede realizarse una Tomografía axial computada de abdomen o un estudio contrastado de la vía urinaria en el caso de necesitar detectar obstrucción de la vía urinaria.

Entre los principales constituyentes de los cálculos son diversas sustancias orgánicas o inorgánicas. El oxalato cálcico es el más frecuente, ya que aparece en más del 70% de los cálculos. Según la composición de los cálculos y de otros factores debe realizarse un estudio metabólico-mineral para descartar la reaparición de la enfermedad litiásica o la presencia de enfermedades asociadas con ellos. El 80% de los cálculos situados en el uréter se expulsan espontáneamente en las primeras semanas, dependiendo de su tamaño y localización. Los cálculo no expulsado en 1-2 meses suele requerir actuación terapéutica cuando estén localizados en el uréter, en el caso de localización en cálices renales se evaluara el riesgo que impliquen en el futuro, por su tamaño, la producción de infecciones u obstrucción de la orina que comprometan la función renal en el futuro.

 

¿De qué tratamientos se dispone?

 

En la actualidad los especialistas en cirugías urológicas cuentan con procedimientos mínimamente invasivos, como tratamientos endourológicos (extracción endoscópica de los cálculos mediante ureteroscopía semirrígida o flexible) y nefrolitotomía percutánea mínimamente invasiva (acceso endoscópico percutáneo y litotricia láser para eliminar los cálculos de mayor tamaño). Además, contamos con la litotricia extracorpórea por ondas de choque, que consiste en romper los cálculos en pequeños fragmentos que se pueden expulsar más fácilmente.

 

CONCLUSIONES:

 

1-      El objetivo PRIMORDIAL es el tratamiento médico de la litiasis, basado en la prevención de la reaparición, sobre todo en pacientes jóvenes menores de 40 años, con litiasis múltiples y bilaterales o con episodios de enfermedad recurrente.

 

2-      Medidas dietéticas generales pueden permitir un mejor control de la enfermedad litiásica, como el incremento en la ingesta de líquidos, preferentemente agua (la primera y más simple de las medidas para prevenir la enfermedad litiásica), mantener una dieta que incluya control calórico en especial por la asociación con la obesidad, disminución del consumo de Sodio, limitar el consumo de proteínas de origen animal, los azúcares y el alcohol.

 

3-      Si usted presenta un cólico renal o la presencia de un cálculo en cualquier sitio de la vía urinaria, es recomendable realice una consulta con un especialista en Nefrología o Urología que decidirán cual es el tratamiento y la conducta más recomendable.

 
*Gustavo Lavenia, Médico especialista en Nefrología y medio interno Miembro titular de la Sociedad Argentina de Hipertensión arterial    Director médico de NEFROSUR Terapias renales de la ciudad de Rosario Médico titular de NEFRON (hipertensión arterial y Nefrología) de la ciudad de Rosario