“Cuando analizamos la relación entre médicos y pacientes, los médicos nos enfrentamos a  la necesidad de “curar” y, muchas veces, olvidamos nuestra función de “cuidar”, la  que, generalmente, en nuestra vida profesional, se aprende mientras ejercemos la profesión que mucho tiene de arte.

Hoy, la medicina está rodeada por la tecnología; la que debido a su inusitado avance tienta a olvidarnos de la persona, con lo que se deshumaniza la relación paciente-médico. Éste presionado por el tiempo se inclina a darle más crédito a los informes de los modernos estudios por imágenes que a la vieja semiología, que sigue siendo el arte de interrogar y  revisar, palpando, tocando y agudizando nuestros sentidos del oído, de la vista, del tacto.

La situación se complejiza aún más cuando nuestro paciente se sale del manual o de los datos estadísticos y lo que nos relata no puede ser corroborado, en lo inmediato, por los estudios bioquímicos, por imágenes o por la mismísima semiología.En realidad, puede que solo estemos ante la presencia de uno o varios síntomas o de una enfermedad en tránsito que todavía no se ha terminado de instalar, lo que podríamos llamar “en fase psicosomática”,en la cual el síntoma corporal es el reclamo, pero que obedece a mediadores neuroquímicos llamados neurotransmisores que son los responsables directos de la signo sintomatología.

En este contexto solo el paciente y dedicado seguimiento evolutivo, por parte del profesional médico,  nos acercará al diagnóstico definitivo”.

¿Cuánto tiempo debería durar una consulta al clínico médico?

La respuesta es variable; desde el punto de vista clínico, lo que el paciente necesite, pero para tener un orden administrativo las citas se programan cada 15-20 minutos.

Durante la entrevista, los pacientes sólo hablan de corrido  entre 3-5 minutos y luego de preguntas facilitadoras, se extienden unos minutos más, un tiempo razonable que podemos administrar los médicos sin problemas, aunque lo que sucede en oportunidades, en la ansiedad de obtener información precisa y rápida, se le hacen al paciente un sinnúmero de interrupciones que lo único que logran es contaminar un discurso virgen, tan importante a la hora de analizar el padecimiento.

Conviene aclarar que tiempo cronológico medido en minutos nada tiene que ver con el tiempo real de la consulta, medido desde la subjetividad de nuestro paciente.

Si el médico le da el marco  necesario de apertura, calidez y facilitación a la entrevista, la sensación de tiempo transcurrido es mayor; en un estudio que hemos realizado, sorpresivamente recibimos contestaciones con una  diferencia temporal mayor a 20 minutos entre tiempo medido en minutos y el que creyeron experimentar los pacientes cuando se lo manifestaron a nuestras consultoras, a la salida de la consulta.

 

*Marcelo Mariño, Médico Clínico, Matrícula: 11937 - Consultorios Del Británico, Jujuy 1540 - Rosario