Dos mujeres, unidas por un gesto de generosidad resuelven, una, ofrecer su vientre para alojar el  embrión de la otra par. gestar un niño en su propio vientre. Dar a luz y entregarle el niño nacido a su madre.

Laura García y Hernán, hermano de Paula Tomé, deciden, luego de comunicar la decisión a sus pequeños hijos, que le ofrecerán llevar el hijo de Paula, “en su casita”, en palabra de los niños. Laura decide ofrecer su vientre en un gesto generoso y solidario.

Rosario3.com entrevistó a Laura, quien de este modo se expresaba sobre cómo vivió esta experiencia. “Con tranquilidad y naturalidad. A mí no me resultó nada extraño. Desde el primer momento lo tomé como que el bebé no iba a ser mío; y del mismo modo se lo trató en familia. Fue muy natural para nosotros. Desde el primer momento mis hijos de 5 y 3 años, supieron por nosotros que íbamos ayudar a la tía a que tuviera su bebé. que mamá sólo iba a llevar en “su casita” nueve meses y que después de los cuales se iba a ir junto a su mamá”.

- ¿Cómo surgió el pedido o el ofrecimiento?

- Fue un ofrecimiento; al enterarme que mi cuñada no podría llevar adelante un embarazo natural, me ofrecí. A mí, mis hijos me cambiaron la vida, así que pensé en ella. Era su oportunidad y de mí dependía. Inmediatamente tomamos la decisión con Hernán, mi marido. Luego lo hicimos partícipes a nuestros hijos y fuimos a decirle a Paula que contara con mi vientre. Comenzamos con los estudios para ver si era apta de acuerdo a las exigencias médicas y psicológicas.  Eso nos llevó un tiempo ya que comenzamos en el 2017 y Nahia nació hace unos pocos días.

¿Fue un parto normal?

- Sí. Fue un parto normal. Era una de las condiciones médicas y que además fuera embarazo saludable. Afortunadamente reunía todos los requisitos.

Paula Tomé, sufre de colestasis del embarazo, lo que le impide llevar a buen término sus embarazos, por lo que al recibir el ofrecimiento de un vientre para que pudiera ser madre la inundó de “un sentimiento difícil de expresar”.

¿Qué sentiste cuando alguien se ofreció a darte su vientre para que vos puedas dar a luz?

- Es un sentimiento difícil de expresar. Creo que es emoción de gratitud; de ver el cielo abierto a la esperanza. Yo no contaba con chance alguna de poder llevar a término un embarazo y el ofrecimiento de un vientre para alojar a mi futuro bebé, me lleva a sentir un profundo agradecimiento. Y de ilusión ya que, hasta ese ofrecimiento, yo carecía de ella.

¿Quién te ofreció el vientre y qué circunstancias?

- El ofrecimiento fue de mi cuñada Laura. Al enterarse con Hernán, su esposo y mi hermano, de mi problema, se ofrecieron a que Laura llevara en su vientre a mi hija.

¿Cómo viviste el embarazo?

- De forma intensa y bella. Tal vez diferente a cómo lo debe vivir una mujer que gesta. Trabajo gran parte de mi tiempo fuera del país, pero la comunicación con Laura era diaria. Esto me permitió experimentar una conexión mágica y  hermosa con mi hija desde el primer segundo de su fecundación hasta el momento que llegó a mis brazos.

¿Cómo viviste el parto?

- Laura entró a la sala de partos acompañada por mi hermano, Hernán. Faustí, mi esposo y yo aguardábamos en la sala de espera. En un momento escuchamos el primer llanto. Yo sentí en el estómago esa sensación que manifiesta que era mi hija la que acababa de nacer.

Unos segundos después la obstetra nos comentaba las alternativas del parto, el peso, y el nacimiento de nuestra bebé. A los pocos minutos salieron Laura y mi hermano quien llevaba a Nahia en brazos. Nos acercamos a saludar a Laura y en ese momento ella le dice a mi hermano "dale a Nahia a su mamá".

¿Por qué elegiste ese nombre?

- Nahia, en euzkera, significa anhelo; y créeme nada más anhelado por nosotros que nuestra hija Nahia. Por lo que el nombre le quedaba perfecto.

Dos años antes

- Todo había comenzado dos años antes, cuando Paula y Faustí, su esposo llegan a la consulta con la doctora Alejandra Hallberg por un tratamiento de fertilización asistida para implantar en un vientre subrogado.

¿Qué debemos entender por vientre subrogado, doctora Alejandra Hallberg?

- Subrogación de vientre, o subrogación de útero, es cuando una mujer le presta su útero a una pareja que quiere el embarazo y tiene alguna contraindicación para lograrlo. El embrión que se obtiene por medio de un tratamiento de fertilización asistida con las gametas de la pareja de padres biológicos es transferido al útero de la mujer que se ofrece a llevarlo durante los nueve meses.

Paula . Faustí hacía años que intentaban ser padres. Paula había tenido dos embarazos que no llegaron a término a causa de una enfermedad, colestasis del embarazo, que provoca que al embarazarse, el funcionamiento del hígado le impida al feto seguir creciendo.

Laura, la esposa del hermano de Paula, es decir, su cuñada,  se ofrece generosamente, a prestarle el suyo.

¿Ustedes hicieron un abordaje interdisciplinario?

- Sí. Inmediatamente convocamos a los equipos de diferentes especialidades de nuestra institución con quienes realizamos un trabajo de equipo. En primer lugar el servicio de psicología para que entrevistaran a Paula, Faustí, su esposo y a Laura y Hernán quienes, además. recibieron atención del equipo de abogados de la institución para resolver los temas legales, . comenzamos los estudios correspondientes en ambas parejas para que el embarazo sea un embarazo saludable. Laura, quien iba a llevar el embarazo en su útero, es joven y sana, tiene dos hijos de 5 y 3 años en dos embarazos sin ningún contratiempo; ella nos decía, “este embarazo va a ser exactamente igual”. Siempre me pareció muy saludable su confianza. Nosotros le decíamos que el porcentaje de éxito de los embarazos por tratamientos de fertilización in vitro es de 40%.

Ella quedó embarazada en el primer intento y tuvo un embarazo y parto normal; y Nahia la hija de Paula y Faustí, acaba de cumplir un mes de vida para la inmensa felicidad de todos los que participamos en este acto de generosidad y solidaridad.

¿Qué le dejó esta experiencia, doctora Hallberg?

- Una gran felicidad; una inmensa alegría de poder ayudar a Paula y Faustí a colmar su deseo de ser padres. Admiración y agradecimiento a Laura que llevó el embarazo de su sobrina; de no haber sido por ella, Paula y Faustí nunca hubieran podido ser padres.

Gustavo Botti es médico ginecólogo, especialista en cirugía y en medicina reproductiva, hasta hace unos pocos meses atrás, Presidente de SAMER, la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva, y fue quien recibió la consulta de Laura y Hernán, su esposo, quienes le plantearon el deseo de ofrecer el vientre para que su cuñada, Paula, pueda, junto a Faustí, su esposo, concretar el anhelo de ser padres.

“Recibí a Laura, la gestante, junto a su esposo Hernán, quienes me manifestaron que Laura sería la portadora de este embrión de su cuñada Paula. Mi trabajo fue chequear que ella estuviera en condiciones. Para estos casos la gestante debe ser una mujer sana, menor de 42 años, que haya tenido hijos, pero en número menor a cinco. Haber tenido menos de tres cesáreas y condiciones de salud óptimas que la hicieran portadora de ese embarazo. Laura reunía todas las condiciones médicas biológicas y las psicológicas; comprendía perfectamente lo que implicaba llevar adelante este embarazo de un ser que no iba a ser su hijo, lo que llevó a que hiciera las consultas con nuestro equipo de psicólogas, además de hacerlo también con nuestra abogada y escribano para que pudiera comprender desde el punto de vista no sólo psicológico sino legal todo el proceso por el que deberían transitar.

¿Mientras esto sucedía ya se estaban preparando los embriones?

- Sí. Se hizo una fertilización asistida (FIV) con los óvulos y espermatozoides de los padres biológicos. Es la FIV que no difiere de la que les hacemos a las personas que requieren el proceso de fertilización asistida habitual. Y se congelan hasta tener preparada a la gestante.

¿Luego se hace la transferencia?

- Sí. Es un procedimiento muy sencillo, una vez preparado el endometrio de la gestante con hormonas, mediante un monitoreo comprobamos que el endometrio esté en las condiciones adecuadas para el embarazo. Una vez hecho esto se descongelan los embriones y se realiza la transferencia mediante una cánula al interior del útero.

¿Una vez que se comprobó el embarazo, pasa a otros profesionales?

- Es aconsejable que durante los tres primeros meses de embarazo seamos los mismos ginecólogos que conduzcamos el seguimiento de las embarazadas; ya que en estos primeros meses pueden ocurrir algunas complicaciones cuya resolución son resorte de nuestra especialidad, como embarazos ectópicos o amenazas de abortos. Los primeros tres meses del embarazo de Laura fueron controlados por mí, en PROAR.

¿Es la primera vez que le toca vivir como médico una subrogación de vientres?

- Sí. Éste es un procedimiento al que la medicina ha comenzado a recurrir hace relativamente poco tiempo. En Proar contamos con el asesoramiento imprescindible para encarar este tipo de procedimientos desde el punto de vista legal y médico.

¿Doctor Botti, qué le dejo en lo personal haber participado en este caso?

- La satisfacción de poder seguir ayudando a formar familias. Apreciar, desde lo humano, la generosidad de Laura, la gestante, de poner su cuerpo para llevar adelante la maternidad de su cuñada, Paula, además de haberme permitido, ambos, Paula y Faustí a que los ayude a que formen su familia. Paula es una mujer que nos enseñó la firmeza de su anhelo que le llevó diez años de intentos para poder ser madre. Agradezco a todos y a Nahia el haber sido partícipe de que se lograra cumplir un sueño por el que lucharon durante tanto tiempo.  

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Hallberg Matrícula, médica tocoginecóloga, especialista en Medicina Reproductiva, matrícula 10621. PROAR, Programa de Asistencia Reproductiva de Rosario

 

Gustavo Botti, médico ginecólogo, cirujano y especialista en Medicina Reproductiva, matrícula 7710. PROAR, Programa de Asistencia Reproductiva de Rosario