Un perfume intenso no es solo una fragancia fuerte, sino que es una composición aromática con personalidad persistente, diseñada para dejar una huella desde el primer instante y permanecer en la piel y el ambiente durante horas. Ingredientes como pimientas, vainilla, cuero y maderas son recurrentes en estas composiciones por su potencia olfativa.
Perfumes intensos
Para reconocer este tipo de perfumes, existen dos factores principales. En primer lugar, su pirámide aromática está dominada por notas con fuerza intrínseca (como las especias picantes y maderas profundas) capaces de resistir el paso del tiempo. En segundo lugar, su concentración suele ser alta: la mayoría corresponde al formato Eau de Parfum (EDP), que contiene un porcentaje importante de esencia (aceites aromáticos) y garantiza una mayor fijación.
En este aspecto, el Eau de Parfum, con concentraciones que van entre el 15% y el 20% de aceites esenciales (mucho más que en eau de toilette o de cologne) ofrece una complejidad olfativa notable y una durabilidad que puede superar las 5 a 8 horas, o incluso más. Además, su evolución en capas hace que la fragancia cuente una historia aromática: notas de salida más ligeras, un corazón más rico y bases profundas que otorgan carácter.
Más allá de la fijación, un perfume intenso construye una experiencia sensorial que puede transformarse en parte de la identidad y memoria. Aunque su intensidad no equivale necesariamente a mayor duración (como aclara la diferencia entre intensidad o potencia olfativa y la duración), son estas fragancias las que proyectan y acompañan, dejando una impresión distintiva incluso a distancia. Para quienes buscan presencia, elegancia nocturna o simplemente dejar huella, el perfume intenso se presenta como una opción cautivadora.



