Luego de un relevamiento inicial documental y estadístico, esta semana comienza el “escaneo” de opiniones sobre el futuro del puerto de Rosario a empresarios, funcionarios y organizaciones intermedias por parte de la consultora internacional que el Ente Administrador del Puerto de Rosario (Enapro) contrató para que elabore el plan de desarrollo estratégico para los próximos 30 años del puerto de Rosario.

En efecto, este martes por la mañana los especialistas de Port Consultants Rotterdam comenzaron su ronda de reuniones con un encuentro con los ejecutivos de Servicios Portuarios (Sepor), concesionario de las terminales graneleras VI y VII. Y por la tarde mantendrán un encuentro con los directivos de Terminal Puerto Rosario (TPR), concesionario de las terminales I y II de contenedores y cargas generales, con el objetivo de conocer su actualidad operativa, sus estrategias comerciales, su planes de inversión en infraestructura y las proyecciones de negocios que hacen como operadores.

El miércoles, en tanto, se reunirán con funcionarios de la Municipalidad de Rosario y de las intendencias de la región con parques industriales, como Funes, Alvear y Villa Gobernador Gálvez (entre otras) para conocer sus necesidades logísticas. El jueves será el turno de las reuniones con empresas exportadoras que utilizan los muelles locales, potenciales dadores de carga que despachan por camión y por otros puertos, líneas marítimas y agencias de prestadores de servicios logísticos para el comercio exterior.

En la semana los especialistas de Port Consultants Rotterdam también mantendrán reuniones con instituciones referentes, como la Bolsa de Comercio de Rosario, tanto a nivel directivo como de equipos técnicos. Y el viernes será el turno del encuentro con importantes funcionarios provinciales nacionales, como la ministra de Infraestructura de Santa Fe, Silvina Frana, y el secretario de Transporte de la Nación, Diego Giuliano.

El Enapro -que en agosto contrató a la consultora para que en 6 meses le presente el plan estratégico a 30 años para el complejo portuario local- está organizando la agenda de reuniones, pero oficia de algo más que anfitrión.

Ocurre que el armado de esta suerte de “guía” para el desarrollo portuario también marca el inicio de una nueva etapa en la gestión. Ocurre que cuando las nueva autoridades, con Guillermo Miguel a la cabeza, asumieron a principios de. 2020 iniciaron un proceso de ordenamiento institucional del ente de administración. Fue así que se ordenaron las cuentas, se equilibraron los gastos, se estandarizaron los procesos internos, se recupero y sumaron equipos y también infraestructura, se ajustaron los controles a los concesionarios, y se contrataron expertos para que analicen el estado de los muelles (ingeniería Larrague y Asociados) y proyecten el desarrollo portuario (Port Rotterdam).

En frasco chico

 Y tras “acomodar la estantería”, el Enapro se focaliza en analizar la performance operativa e inversora de los concesionarios portuarios, sobre todo a TPR, que viene bastante remolón para invertir fuerte en infraestructura portuaria. Y por eso espera con atención ver qué proyecciones de inversiones y crecimientos hace TPR en la entrevista con los especialistas de la consultora europea. 

Ocurre que luego de las fuertes mejoras institucionales, operativas, comerciales, de gestión y de infraestructura registradas desde que Vicentín tomó en 2010 el control de TPR (y asoció en 2012 a los chilenos de Ultramar), la concesionaria bajó a finales de 2018 y principios de 2019 el ritmo de inversiones, sobre todo en cuestiones estratégicas como los muelles.

Es que, motorizado por Vicentín, en el último año de gestión de Miguel Lifschitz, TPR empezó a negociar una inversión en los muelles a cambio de la extensión de la concesión, conversaciones que incluso llegaron a tener firmado un borrador. A la espera de ese acuerdo, la empresa portuaria dejó de hacer desembolsos importantes al tiempo que la economía argentina se descalabraba y por eso tampoco aparecían como necesarias las mejoras.

A finales de 2019 Vicentín entró en default y eso tuvo impacto institucional en TPR ya que si bien accionariamente la mayoría ya la tenía Ultramar, el ritmo (político e institucional) de la concesionaria portuaria lo ponía Vicentín.

A principios de 2020, con la llegada de las nuevas autoridades al Enapro, se desactivó el pre-convenio ya que se lo calificó de perjudicial ya que el grueso de la inversión terminaba siendo estatal mientras que el principal beneficio se lo llevaba TPR.

Con la irrupción de la pandemia del coronavirus, se paralizó el comercio exterior y se desplomó la economía argentina por lo que las inversiones siguieron en el freezer. Pero pese a la recuperación a partir de 2021, los desembolsos siguieron en frasco chico. Los cambios gerenciales en TPR también le quitaron ritmo a la gestión de la empresa.

En definitiva, lo que las autoridades del Enapro no quieren que ocurra es que, si la economía se sigue recuperando y las empresas regionales comienzan a aumentar las exportaciones e importaciones, el muelle rosarino de contenedores y cargas generales quede marginado como alternativa logística por ausencia de inversiones.