El cierre del mega local de Falabella en la esquina de Sarmiento y Córdoba tiene condimentos propios de la dañada economía local. Pero también marca el fin de un esquema de comercio tradicional por el impacto del coronavirus y la irrupción de la llamada “nueva normalidad”.

Además, el impacto que tiene que baje las persianas pone en jaque al alicaído centro de Rosario, justo cuando empresarios y autoridades municipales buscaban alternativas para intentar darle algo más de vida, por ejemplo aflojando restricciones para la construcción en altura impulsando así inversiones inmobiliarias.

Quienes siguen de cerca el mercado inmobiliario saben que será difícil encontrarle “un novio” que tome la posta en el emblemático inmueble justo cuando el centro no convoca como en el pasado y el comercio muta a formatos digitales.

“Es un impacto muy fuerte para toda el área comercial central. Es un inmueble no fácil de alquilar, sobre todo en este contexto. Son pocas las cadenas disponibles que pueden tomar algo así”, analiza el presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Rosario, Andrés Gariboldi.

Según averiguó Rosario3, los propietarios del inmueble -la familia García, históricos dueños de La Favorita- hace tiempo que habían sido anoticiados por sus locatarios que en el transcurso del año iban a hacer las valijas. Incluso, estuvieron sondeando alternativas, pero hasta ahora no lograron interesar a nadie. Como sea, que los gastos de mantenimiento de semejante inmueble tengan que pasar a ser absorbidos por los García implica un razón más que suficiente para que la familia sea la principal interesada en encontrar un nuevo locatario. 

El problema es que por el fomato del inmueble, más allá de sus dimensiones, no sobran las alternativas a ensayar ya que está pensando para el concepto de multitienda, que es -precisamente- el que la combinación de pandemia y crisis está poniendo en jaque.

El centro bajo cuerda

Urbanistas alertan que cuando se cierran locales de tamaña importancia el impacto negativo se expande por toda sus zona de alcance, más aún en un microcentro rosarino que luce diariamente alicaído. No en vano, el mayor índice de locales comerciales desocupados está en el microcentro, cuando en los centros comerciales barriales la peformance es algo mejor y son menos los inmuebles comerciales vacíos.

Es que una tienda como Falabella atrae consumidores al centro. Sin su presencia, cambiará la fisonomía. Incluso, la tienda de Falabella sintió fuerte el menor tránsito de gente pasando por el microcentro, ya que las compras de oportunidad o de impulso de quienes transitaban diariamente por la zona también era uno de sus puntos comerciales fuerte.

La salida de Falabella vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de revitalizar el centro de Rosario. En ese sentido, así como hay que contextualizar la salida de Falabella en el marco de un reajuste global de la cadena, tampoco hay que perder de vista que todos los centros comerciales de las grandes ciudades atraviesan serias dificultades. Es que con menor presencia de personal en las oficinas públicas y privadas, el centro adquiere todas las mañanas la fisonomía de un sábado por la tarde.  

Así todo, el microcentro de Rosario a diferencia, por ejemplo, de las peatonales porteñas, tiene todavía mucha gente viviendo y esa presencia diaria de quienes viven en los edificios del centro amortigua la caída. No en vano, la zona del Paseo del Siglo resistió mejor la caída del que la zona del cruce entre las peatonales Córdoba y San Martín.

Precisamente, la Secretaría de Planeamiento de la Municipalidad estuvo avanzando con medidas para impulsar inversiones edilicias, por ejemplo habilitando mayores alturas en nuevas construcciones en Maipú, San Martín, Mendoza y San Juan. También en el Concejo analizan medidas para rehabilitar las muy venidas a menos galerías. 

No obstante, el ritmo de la implementación de esos cambios normativos no viene satisfaciendo a los desarrolladores privados. Y todavía resuena en el sector del real state las trabas que puso el Concejo para la construcción de una mega complejo de viviendas que el desarrollador Aldo Lattuca proyectaba en Corrientes al 800.  

Comercios afectados

Va a ser muy problemático. Y se va a notar su ausencia”, resalta el presidente de la Asociación Empresaria de Rosario, Ricardo Diab.

Además de las fuentes de trabajo que se pierden, empleos que al sectore comercio le será muy difícil absorber por la crisisi que atraviesa, el cierre también impactará en todos los negocios que tenían como referente a Falabella. Si Falabaella abría o no un feriado o si extendía o no su horario por las Fiestas era la referencia para el resto de los comercios del centro ya que se trataba de uno de los principales atractivos del centro”, agrega el dirigente.

Para Diab, va ser muy difícil que aparezca rápidamente una propuesta comercial que le tome la posta. “El comercio está muy dañado. No hay comercio que esté vendiendo más del 40% de lo que vendía antes de la pandemia. Y sin esas condiciones de rentabilidad, es poco probable aparezcan inversiones que hagan frente a los desembolsos fuertes que ameritaría reactivar esa gran tienda”, resaltó.

Para el dirigente, la salida de Falabella debe apurar todas las medidas que autoridades locales y provinciales puedan tomar para impulsar la actividad en el centro, por ejemplo mejorando las condiciones de seguridad.

Reacción municipal

Consultado por Rosario3. el secretario de Desarrollo Económico de Rosario, Sebastián Chale, resaltó que la Municipalidad tendrá “un rol activo” en esta crisis por la importancia real y simbólica de la esquina de Sarmiento y Córdoba.

“Ya abrimos canales de negociaciones con todos los sectores involucrados, desde los empleados al resto de los comerciantes referentes del centro, pero sobre todo con los titulares del inmueble con el objetivo de preparar el mejor escenario para facilitar el arribo de un nuevo emprendimiento”, resaltó el funcionario.

“La cadena marcaba el pulso comercial del centro y por eso nos interesa que haya un nuevo actor que cumpla esa función”, agregó. Luego de reconocer que, “no se avizora una solución rápida”, Chale se mostró confiado en que la cadena pague sus obligaciones laborales con el personal sin problemas.

Un largo ajuste

Ya en septiembre de 2019, la empresa –de capitales chilenos- empezó un fuerte plan de ajuste en Argentina tras afrontar dos años (2018 y 2019) de fuertes pérdidas al ritmo de la caída de la demanda de consumo interno que operó en el último tramo de la gestión de Mauricio Macri. En principio, activó despidos y retiros voluntarios sin cierre masivo de locales. En concreto, despidió 250 empleados, que representaban el 4% de su plantilla en el país.

Con la llegada del nuevo gobierno de Alberto Fernández, se le sumó otro escollo: trabas para importar productos terminados. Y luego estalló la pandemia con su secuela de cuarentena estricta y cambios en las tendencias de consumo (con gente volcándose a comercios de cercanía y al comercio online) que impactó muy fuerte en todos las empresas con grandes estructuras y costos.

Fue así que en septiembre del año pasado, la cadena de tiendas chilena Falabella anunció un plan global de ajuste que comprende el cierre de tiendas en todos los países en los que opera.

A partir de ese momento, la cadena chilena empezó a cerrar tiendas en el país, tanto de Falabella Retail como de Sodimac, su unidad de venta de artículos para la construcción, mientras evaluaba incluir un socio estratégico.

"Es un impacto muy fuerte para toda el área comercial central. Es un inmueble no fácil de alquilar, sobre todo en este contexto", dijo Andrés Gariboldi, presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Rosario

Sobre las razones de la crisis, en aquella oportunidad la empresa  dijo que " la pandemia aceleró el proceso de digitalización del comercio minorista" afectando sus operaciones en el país.

Pero la crisis de Falabella, cuyo CEO es el argentino Gaston Bottazzini, tiene raíces más profundas que el derrape de la economía argentina y por eso su plan de achique también tiene alcanza a todos los países adonde opera. En efecto, la empresa primero fue golpeada a finales del año pasado por el estallido social de Chile y luego estalló la pandemia que obligó a cerrar mucha de sus locales en todas América Latina.

Por caso, al presentar el 25 de agosto pasado en la Bolsa de Comercio de Santiago de Chile, adonde cotizan sus acciones, el resultado de su segundo trimestre pérdidas notificadas por 168 millones de dólares las que se comparan con utilidades por 128 millones de dólares del mismo período del año anterior. Al mirar el acumulado del año, las pérdidas de Falabella se sitúan en 146 millones de dólares, lo que se compara con la ganancia de 220 millones dólares del primer semestre de 2020. En materia de ingresos, estos tuvieron una contracción de 25%, totalizando 2.140 millones de dólares en el trimestre.

"Los resultados del trimestre reflejan el fuerte impacto de los cierres forzados de tiendas y centros comerciales, lo que resulta en un deterioro de margen relevante, como consecuencia del drástico cambio de mix en términos de canales y categorías, acompañado de aumentos en los costos de riesgo en los negocios bancarios", dijo Bottazzini en su informe a la Bolsa.

La mayoría de los mercados donde la firma tiene presencia (Chile, Perú, Colombia, Argentina y Brasil, entre otros) sintieron el impacto de los cierres forzados de tiendas y centros comerciales. “En la filial de la Argentina, los ingresos por tiendas por departamento tuvieron una caída del 36% consecuencia del cierre total de la actividad general de ese país durante los meses de marzo, abril y primera mitad de mayo, operando de manera parcial durante el resto del trimestre”, señala el informe. En Colombia, en tanto, le fue mal, pero no tanto como en Chile. Pero la mayor pérdida se sintió en Perú. De hecho, ahí la caída de ventas fue de un 74% en cuanto a tiendas por departamento

Con el plan de ajuste, la cadena buscaba reducir su exposición y aumentar sus operaciones online ya que, en este contexto, sostener los costos fijos y pagar deudas le está provocando un fuerte aumento de sus deudas. Pero hasta ahora, al no aparecer un "socio estratégico" que aporte liquidez, todas las medidas fueron de achique.